martes, 21 de agosto de 2018

Abortos clandestinos en México: las cifras y las alternativas

Aunque nadie puede dar una cifra exacta, se estima que en México se realizan entre 750 mil y un millón de abortos clandestino anuales.
Eso calculó la doctora Fátima Juárez, en un estudio del Instituto Guttmacher que citan el Director Médico de  Marie Stopes México y la Directora General de Fondo María, organizaciones dedicadas a facilitar que las mujeres accedan a interrupciones legales del embarazo (ILE) en Ciudad de México y otras ciudades del mundo.
Oriana López, directora de Balance, la organización que creó el Fondo María, reconoce en una entrevista con mexico.com que ese número es un subregistro, pero detalla que es una estimación confiable, pues se basa en parámetros de los que sí hay cifras oficiales.
Y da otra cifra: la de interrupciones legales del embarazo realizadas por personal de salud de la Ciudad de México. De acuerdo con el propio Gobierno de la ciudad, desde que es legal (2007), se han realizado 199.230 abortos, esto es, 16.600 abortos al año tan solo en centros de salud.
Ante esos números, la pregunta es cómo y cuántos abortos ocurren en otros estados, pero Oriana señala que el verdadero problema no es dónde se hacen, sino en qué condiciones.
“Hay muchas formas en que las mujeres podrían tener abortos seguros. Con información, acceso a Internet y un poco de dinero, pueden tener acceso a cómo se utilizan de forma adecuada medicamentos que están al alcance de todas las personas en las farmacias”, dice Oriana, quien lleva casi dos décadas promoviendo los derechos sexuales de las mujeres.

El aborto clandestino e inseguro

Pero ella sabe que no siempre se cumplen esas condiciones y que la gran mayoría de las mujeres se ponen en riesgo cuando deciden abortar en un contexto en el cual no solo está prohibido, sino penalizado.
“Nosotros hemos conocido casos como el de una mujer a la que le pidieron una cadena de oro para interrumpir su embarazo a través de la lectura de cartas”, nos dice en entrevista y agrega que ese caso, si bien fue inefectivo, al menos no puso en riesgo la vida de la mujer.
Desde Balance se han encontrado con casos de mujeres que comentan que acudirán con el mismo médico con el que abortó alguien cercana “porque la cicatriz le quedó muy bonita”, es decir, hay mujeres que son sometidas a cirugías cuando el aborto es un procedimiento que no las requiere.
También ha conocido de casos de mujeres que directamente usan métodos que las ponen en riesgo, como el uso de hierbas que se introducen vía vaginal y que podrían llegar a causar infecciones.
Otro riesgo generado por la prohibición del aborto, es la exposición a instrumental que no esté esterilizado y puede causar infecciones mucho más severas.
“Cuando no legalizamos el aborto, dejamos que sigan ocurriendo en las peores condiciones y afectando directamente a las mujeres. Como es clandestino, las mujeres no pueden preguntar mucho o exigir ciertas cosas”, dice Oriana.
Incluso llegan a ser víctimas de violación. Oriana narra que han apoyado casos en los que a las mujeres que se someten a abortos clandestinos, les dicen que es necesario hacer una dilatación y que la forma más barata es teniendo relaciones sexuales y que el personal médico les va a ayudar con eso.

Opciones de aborto clandestino seguro

Le preguntamos a Oriana qué condiciones debe reunir un aborto para ser seguro aunque sea clandestino.
Explica que si las mujeres tienen información y medicamentos, pueden tener abortos seguros. Si tienen recursos y personal de salud con instalaciones de salud adecuadas y con el instrumental adecuado y esterilizado, también van a tener abortos seguros.
“Los abortos clandestinos que realizan mujeres que tienen recursos de cualquier tipo: llámalos educación, dinero, contactos, van a tener abortos seguros aunque sean clandestinos”, dice.
“Las mujeres sin recursos son las que requieren que el Estado intervenga para que puedan hacerlo de la mejor manera. A las que estamos dejando afuera son las mujeres más pobres; el resto de nosotras no necesitamos al Estado para muchísimas cosas, incluido abortar”.
Oriana López, Directora del Fondo María.
Existen opciones para que el aborto, pese a ser clandestino, no sea inseguro, las principales son las redes de apoyo: “Cada vez se crean más colectivas y cada vez hay más personas haciendo acompañamiento en los estados”, dice Oriana.
Estas redes de apoyo y colectivas usan Internet para difundir información y brindar acompañamiento a mujeres que necesiten abortar. Una de ellas es  Morras help Morras.
Desde Aguascalientes, una de las integrantes del colectivo nos dice que las mujeres recurren a esta práctica cuando eligen no ser madres, sea legal o no sea legal, y generalmente buscan información en Internet que muchas veces las pone en riesgo, “lo que nosotras queremos es reducir esos riesgos”.
Esta red surgió luego de que dos de sus fundadoras pasaran por procesos de aborto cuando no estaba despenalizado en Ciudad de México. “Y lo hicieron gracias a la información y el acompañamiento de una organización llamada Mujeres sobre las olas”, nos cuenta una de las Morras, quien prefiere el anonimato.
“Las compañeras quisieron replicar el trabajo que hacen Mujeres sobre las olas y otros grupos de acompañamiento, porque es un proceso complicado pasarlo sola y sin información”, nos cuenta.
Ella nos dice que hay muchos estigmas alrededor del aborto. Por eso, lo que Morras help Morras hace es exponer que “si bien el aborto no es una ida al parque tampoco es una experiencia terrible ni traumática, no ves millones de coágulos o un feto”.

Los colectivos son legales, el aborto, no

La integrante de Morras help Morras nos explicó que al inicio del colectivo, solo daban información a mujeres que llegaban de círculos feministas, “a la amiga de una amiga de una amiga”, pero a partir de un donativo de Fondo Semilla, se constituyeron legalmente y ahora cuentan con RFC, responsabilidades legales, y reciben donativos que usan para atender las líneas telefónicas y generar materiales informativos.
Le preguntamos cómo se constituye legalmente una AC que acompaña abortos. Y explica que legalmente son una asociación que se dedica a la promoción de los derechos sexuales y reproductivos.
Detalla que en los tratados internacionales, como en la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), de la que México es parte, se incluye al aborto como un derecho sexual de las mujeres, así que su labor está contemplada dentro de sus objetivos como asociación civil.
“Lo que hacemos no es ningún delito, no es apología del delito ni puede ser encuadrado como un delito, lo que hacemos es la promoción de un derecho humano”, finaliza.
El caso de Marie Stopes y Fondo María, constituidas en la Ciudad de México, es un poco diferente, pues fueron creadas en un estado donde el aborto es legal por voluntad de la mujer hasta la semana 12 de gestación. Marie Stopes es reconocido legalmente como un proveedor de salud de los servicios de interrupción legal del embarazo, nos dice su jefa de prensa, Teresa Herrera.
Fondo María, de acuerdo con su directora Oriana López, se creó cuando se legalizó la ILE en la capital del país y su labor es que las mujeres que no pueden abortar en sus estados pudieran viajar a la Ciudad para abortar bajo esta ley.
Y contrario al aborto clandestino e inseguro, quienes viven este tema de cerca coinciden en que el aborto se puede practicar de manera segura, con información científica y veraz.
Todos citaron la misma fuente como base de sus prácticas: la guía de la Organización Mundial de la Salud para el aborto seguro, dirigida a sistemas de salud.
“El protocolo de la OMS para abortos es un bien común porque es información, las mujeres tienen derecho a la información basada en avances científicos; nosotras lo que hacemos es difundir esa información para que puedan hacerlo de forma segura”, finaliza la integrante de Morras help Morras.
En México, las causas de aborto son diversas y grupos feministas y por los derechos de salud reproductiva como GIRE señalan que los gobiernos estatales y hospitales no siempre garantizan el acceso al aborto en caso de una violación o cuando la salud de la madre o el feto están en riesgo.
En Veracruz, el Congreso está obligado por un juez federal a legislar en la materia, pero se resiste a hacerlo e interpuso un recurso ante la Suprema Corte.
Hasta hace unos años, en Guanajuato, cuatro mujeres estaban presas por el delito de homicidio en razón de parentesco, el cual se atribuye a mujeres que han tenido abortos, aunque estos sean espontáneos.
El presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, no ha tenido una postura firme ante los derechos de salud reproductiva de las mujeres en México. Solo se ha limitado a decir que los derechos ya conquistados no se echarán para atrás.
https://www.eldiario.es/internacional/Abortos-clandestinos-Mexico-cifras-alternativas_0_805620004.html

D E N I S E D R E S S E R ¿Tenerlo todo?

D E N I S E D R E S S E R ¿Tenerlo todo?

Creo que el movimiento feminista se equivocó. Las mujeres no pueden tenerlo todo. Ahora que reflexiono sobre estos temas en el Día de las Madres, coincido cada vez más con el controvertido artículo de Anne Marie Slaughter titulado "Why Women Still Can´t Have it All", por lo que desmitifica. Por los retos que exhibe. Por los promesas incumplidas que revela. Por el largo trecho que aún le falta recorrer a cualquier mujer que quiere influenciar y procrear, cambiar al País y educar a sus hijos para que participen en él. Lo dice alguien que enseña cuatro cursos al semestre, escribe seis columnas al mes, da entre 40 y 50 conferencias al año, aparece en el radio y en la televisión y tiene tres hijos a los que ama ferozmente.
Y la conclusión a la que he llegado es cuan difícil es una vida que trata de combinar la influencia en el debate público con las demandas de la vida privada. Ahora más que nunca me doy cuenta que las mujeres –incluso las que vienen detrás de mi– van a tener que hacer más concesiones en la vida que sus parejas. Las mujeres de mi generación hemos enarbolado la bandera feminista del "tenerlo todo" porque no queríamos abandonar la pelea. No queríamos aceptar que mantener el balance ideal entre la vida profesional y la vida personal es una tarea titántica. Porque ha llegado el momento de admitir -como lo hace Slaughter– que la economía y la sociedad en México y en muchos otros países no está estructurada para que las mujeres lo tengan todo.
Hay una serie de datos desconcertantes y hechos incontrovertibles que necesitamos reconocer –y cambiar– como sociedad. Un trabajo que exige estar en la oficina entre las 8 a.m. y las 9 p.m. simplemente no permite ser la profesional y la madre que todos quisiéramos. Y de allí que una conclusión importante para las que quieren tenerlo todo es poder mantener el control sobre el horario; trabajar desde casa; trabajar cuando se puede y de donde se puede. Porque si no, las mujeres acaban en una situación en la cual se alejan de casa justo en la adolescencia de sus hijos o mantienen a nanas durante 24 horas cuidándolos.
Yo le debo mis propios derechos a muchas mujeres que marcharon durante décadas, peleando por oportunidades que ahora son un hecho dado. Pero precismente por el avance que ha ocurrido, ahora nos toca enseñarle a nuestras hijas las barreras que todavía existen y cómo desmantelarlas. Los muros que atrapan a las madres solteras; a las que luchan por encontrar un trabajo; a las que mantienen a maridos que no consiguen empleo; a las que no logran compaginar su horario profesional con el horario escolar. Y aunque ellas han avanzado en cuanto a sueldos, prestigio y educación en las últimas tres décadas, son menos
felices que en 1972, tanto en términos absolutos y relativos a los hombres. Conseguimos más y lo disfrutamos menos. Logramos ascender el pináculo y descubrimos la soledad de la cumbre.
Y pocas mujeres están llegando a esas posiciones de liderazgo. De 190 líderes de Estado, sólo nueve son mujeres. De todos los parlamentos del mundo sólo 13 por ciento son mujeres. En los altos rangos del sector corporativo sólo 15 por ciento son mujeres. Y quizás algo tenga que ver con la "brecha de la ambición" a la cual me referí hace algunas columnas, o a que las mujeres no se "echan para adelante" como deberían. Pero hay problemas más estructurales que atañen el balance trabajo/familia. El hecho de que los horarios de las escuelas no coincidan con los horarios del trabajo femenino. Los horarios inflexibles. Los viajes incesantes. La presión para cumplir con la "hora nalga". La falta de apoyo de la pareja que con frecuencia ve a la mujer como la proveedora y la madre y la cocinera y el chofer y la que revisa las áreas y la que contribuye al País en su tiempo libre.
Para lidiar con el estira y afloja que significa ser una mujer profesionista en el Siglo 21, quizás no hay un cambio más importante que la posibilidad de trabajar desde el hogar. Usar las nuevas tecnologías para integrar las responsabilidades de la casa y la oficina. Permitir "conference calls" para que las mujeres no tengan que estar físicamente presentes en la sala de juntas. Desarrollar sistemas de video-conferencias para esas actividades que se llevan a cabo cuando una mujer ya tuvo que regresar a casa a remojar el arroz, planchar el uniforme, revisar la plana de matemáticas, ser madre, mujer, esposa, y mitad del cielo. O simplemente respetar a las mujeres que no quieren tenerlo todo, o por lo menos no todo al mismo tiempo y deciden invertir en sus hijos y no en la Bolsa de Valores.
O reconocer que hay diferentes rutas a la felicidad determinada por el éxito profesional unidimensional. Para mí, por ejemplo, estos son días de usar la pluma como espada desenvainada y llevar a mi hija a comprarse zapatos para una fiesta; usar la voz como contrapeso a la corrupción y asistir a la competencia de remo de mi hijo; dar clases seis horas a la semana y ayudar a mi otro gemelo a escribir un ensayo sobre la crisis de Suez. Días de no tenerlo todo pero sí lo suficiente como para seguir sonriendo.