sábado, 16 de diciembre de 2017

Elhuevo de la serpiente

El huevo de la serpiente
Carlos Fazio
Finalmente, el poder militarterminó por doblegar a su mando civil. Por miedo o cobardía, Enrique Peña Nieto terminó cediendo de manera voluntaria el poder civil al castrense. Volvió legal lo que ningún presidente civil había permitido en el México posrevolucionario por los peligros que entraña. Aunque en rigor, con la imperiosa necesidadmanifestada al impulsar una ley que busca amparar la actividad anticonstitucional de las fuerzas armadas en materia de seguridad pública, buscaba protegerse a sí mismo.
La hora es difícil y sombría. Después de dos años de un pertinaz activismo político-deliberativo salpicado de chantajes, mentiras y de una propaganda demagógica a contrapelo de la Constitución y los tratados internacionales suscritos por México, los mandos militares impusieron su ley. Seguirán afuera de los cuarteles de manera indefinida, sin contrapesos institucionales y sin transparentar o rendir cuentas a nadie, con lo que se profundizará la estrategia de (in)seguridad militarizada diseñada por el Pentágono en el marco de la Iniciativa Mérida, que ha derivado en una catástrofe humanitaria con su cauda de torturas, ejecuciones sumarias extrajudiciales, desapariciones forzadas de personas y desplazamiento de población.
En lo que podría configurar un virtual golpe de Estado técnico, la aprobación por el Senado de la llamada ley de seguridad interior convertiría lo que hace 11 años Felipe Calderón promovió falsamente como una medida excepcional de carácter emergente y temporal, en la “petrificación de un statu quo” (Jan Jarab, comisionado de Derechos Humanos de la ONU, dixit) signado por una violencia estatal sin límites. Y así como el régimen anterior vivió bajo una forma de emergencia de lo permanente, ahora, con la nueva ley, la excepción se volverá regla.
Ese es el quid de la cuestión: la ley de seguridad interior busca dar protección jurídica a aquello que los militares han venido haciendo de manera irregular y extralegal. La exigencia de los mandos de regular el uso de la fuerza de unas instituciones armadas preparadas para exterminar al enemigo, busca constitucionalizar esa práctica; sólo que ninguna ley permite torturar, matar o desaparecer personas. Pero además, ahora, bajo presión castrense, la aprobación senatorial de la iniciativa de un Presidente frívolo y pusilánime, darán al Ejército y a la Marina atribuciones que no deberían tener (máxime sin una declaración de guerra): tareas de investigación, persecución de delitos, control social o espionaje sobre la población y represión. Se legalizará, pues, la claudicación de los poderes civiles frente a la casta militar. Mala cosa.
Como en la metáfora del huevo de la serpiente del clásico filme de Bergman, a través de la membrana del actual régimen de dominación cualquiera puede ver el futuro: ante la agudización de la guerra de clases (Warren Buffett dixit) y la actual insurgencia plutocrática(Thomas Bunker) disciplinadora y depredadora; en la antesala de un año electoral y con la intención manifiesta de los poderes fácticos de imponer como sea al débil y dócil tecnoburócrata del bunker neoliberal José Antonio Meade, se incuba en México un bordaberrazo o fujimorazo. Un régimen arbitrario y despótico de corte cívico-militar, como los encarnados por Juan María Bordaberry y Alberto Fujimori en Uruguay y Perú, en décadas pasadas (ambos terminaron en la cárcel), donde la suspensión de garantías individuales podrá ser aplicada de manera discrecional por el presidente de turno con respaldo militar, y en el cual sus guardias pretorianas −al amparo de una renovada doctrina de seguridad nacional que define al enemigo interno− seguirán actuando por razones geopolíticas como un Ejército de ocupación (nativo) de su propio país, en acatamiento y tácita sumisión a las directivas emanadas desde Pentágono vía la Iniciativa Mérida.
Las ambigüedades de la ley, incluidas las imprecisiones conceptuales que surgen de mezclar la seguridad nacional con la seguridad interior, encarnan potenciales riesgos. En el contexto de la seguridad nacional −y con el artificioso truco legal de que sus acciones no serán de seguridad pública, sino de seguridad interior−, la imposición de una reserva de hasta por 20 años sobre la recolección de datos (de inteligencia) que se generen con motivo de la aplicación de la ley (que incluirán la intervención telefónica, de computadoras, correos electrónicos y correspondencia), hará nugatoria cualquier expectativa de transparencia y rendición de cuentas.
Asimismo, la ley va contra las víctimas y el acceso a la justicia, y está diseñada para dificultar litigar en instancias internacionales. Argumentando razones de seguridad nacional, la Sedena y la Semar van a negar cualquier información sobre sistemáticas prácticas ilegales (torturas) o despliegues castrenses que involucren violaciones a derechos humanos −con alto índice de letalidad o no−, que no se podrán documentar, perpetuándose así la actual impunidad y la repetición de crímenes de lesa humanidad de factura militar.
Desde 2006, al aplicar las directivas encubiertas de Estados Unidos, el Estado mexicano abandonó y obstaculizó de manera deliberada las tareas de seguridad pública o ciudadana, que en términos del artículo 21 Constitucional corresponden de manera exclusiva a las policías civiles. La militarización de la seguridad y la sociedad mexicana responde a la agenda geopolítica de Washington; no se trató de una estrategia fallida: era previsible que a mayor militarización, mayor violencia; 2017 fue un año trágico. Peña Nieto rompió récords históricos en materia de desapariciones y homicidios dolosos. Pero este año marcó también la mayor asociación clientelar y sumisa de los responsables de las fuerzas armadas locales al Pentágono y la administración Trump.
Un viejo apotegma dice que las bayonetas sirven para todo menos para sentarse sobre ellas. Peña Nieto debería saberlo; la manada legislativa también. Gedeón lo sabía: en la violencia prosperan y se consolidan los más fuertes…

viernes, 6 de octubre de 2017

El mundo según Manuel Castells


Comandante Che Guevara: venero de vida y esperanza
Gilberto López y Rivas
E
l 9 de octubre, hace 50 años,un grupo de agentes de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos destacado en Bolivia y dirigido por el cubano-americano Félix Rodríguez, dio órdenes de asesinar al comandante Ernesto Guevara de la Serna en la modesta escuelita de Las Higueras, donde se encontraba prisionero. El hombre más buscado por los servicios de inteligencia y represión planetaria del imperialismo y por los comandos contrainsurgentes del ejército boliviano, fue condenado sumariamente a ser ejecutado y sus restos mortales enterrados en un sepulcro no identificado, encontrado tres décadas después, debido al terror que a sus enemigos inspiraba el CheGuevara, aún después de muerto. Los victimarios pretendían aniquilar su memoria y todo lo que él representaba. Inútil intento de verdugos y enterradores clandestinos: el Che al morir ya había vencido su propia muerte: el semillero de vida sin tacha de revolucionario había encontrado terreno fértil a lo largo y ancho de esa América, la Nuestra, que recorriera incansablemente. El soñador realista que renuncia a vivir la victoria revolucionaria, para empezar de nuevo; quien había asumido como forma de ser el mensaje martiano de que la mejor manera de decir, es hacer, no podía morir. Y esa inmortalidad radica en la fortaleza de su ejemplo, que cada mañana hace brotar de las bocas infantiles de la Cuba de Fidel el lema: ¡seremos como el Che!; en el reto de su consecuencia sin retórica ni doble código moral, que hace avergonzar al más cínico de los oportunistas de la izquierda institucionalizada. Su vasta obra teórica-política, sus acciones dirigidas contra los enemigos de nuestros pueblos, han impulsado a generaciones de hombres y mujeres a luchar por un mundo mejor. Su entrega sin límites ni recibos de pago por los sacrificios brindados a la revolución; su absoluto desapego y desinterés hacía su persona; su radicalidad en los principios; su confianza en los pueblos; esa síntesis de pensamiento y acción puesta al servicio de una causa libertaria; hacen del Che un inagotable venero de vida y esperanza. También, el guerrillero heroico ha sobrevivido a los intentos de sus enemigos para desvirtuar sus objetivos de trasformación radical haciéndolo aparecer como mártir, aventurero o símbolo comercializando en playeras y carteles, despojado de su esencia definitoria: Guevara es un comunista convencido, un revolucionario latinoamericano que se impone una tarea concreta y terrenal: acabar con la explotación social, con la dominación imperialista, forjar un nuevo ser humano en una sociedad socialista. Estas fueron sus más firmes convicciones, sus propósitos enarbolados con modestia y determinación. Es necesario comprender estas coordenadas que guiaron su vida para continuar las luchas de liberación de nuestros pueblos. Sus ideas mantienen vigencia imprescindible para el análisis de la realidad del siglo XXI. Su trayectoria revolucionaria, su personalidad singular, su actuación como ministro y dirigente del Estado cubano, su paso por África y su prematura muerte en Bolivia constituyen una fuente de enseñanzas que orientan las luchas de resistencia a la recolonización neoliberal. A pesar del tiempo trascurrido desde su muerte hace 50 años, es evidente la contemporaneidad del Che. El comandante Guevara trasciende a sus asesinos y al odio de clase que despertó en los poderosos; a la desaparición de la Unión Soviética y el restablecimiento del capitalismo en la patria de Lenin, Europa del Este y China; a las interpretaciones maniqueas sobre su gesta y su persona de biógrafos y analistas supuestamente objetivos como Jorge Castañeda. El Che perdura en el tiempo por su posición crítica a las desviaciones burocráticas y autoritarias del socialismo real; por el apego estricto a la moral, la honestidad y la congruencia cuando desempeñó cargos en el gobierno revolucionario.
Uno de los ejes fundamentales que rigieron los destinos del Che fue el internacionalismo; rasgo esencial de la propia revolución cubana en la que se forma como dirigente y teórico de una visión del socialismo signada por una perspectiva ajena al localismo. Para el Che la construcción del socialismo tenía que ser en escala mundial, por lo que si el revolucionario se olvida del internacionalismo afirmaba: la revolución que dirige deja de ser una fuerza impulsora y se sume en una cómoda modorra, aprovechada por nuestros enemigos irreconciliables, el imperialismo, que gana terreno. Aquí surge un interrogante ineludible: ¿cómo compaginar la consolidación de un proceso revolucionario en el ámbito nacional con la exigencia internacionalista? En la ruta del Chetenemos que en sus tres experiencias revolucionarias hay una exitosa, la cubana, y –es necesario reconocer– dos fracasadas: el Congo y Bolivia. En Cuba triunfa la revolución porque constituye un proceso firmemente enraizado en la realidad nacional. El Movimiento 26 de Julio supo apropiarse de la herencia de José Martí y aplicarla a una lucha antidictatorial con articulaciones en organizaciones obreras, campesinas, estudiantiles y con una intelectualidad orgánica incorporada en ese movimiento. La llegada de los sobrevivientes del Granma a la Sierra Maestra no fue la implantación de un foco guerrillero, sino la continuidad de una lucha de años y el establecimiento de una fuerza política nativa que se desarrolló entre el campesinado con la ayuda de frentes urbanos consolidados. En Congo y Bolivia, en cambio, hay una suerte de incursión foránea con relaciones equívocas con los grupos guerrilleros locales (África), e incluso una cierta discrepancia por la presencia del Che en tierra boliviana por parte de un sector minoritario del Partido Comunista. Esto obliga a un análisis más profundo y, sobre todo, crítico de la llamada cuestión nacional. Si no existe un sustrato social firme que aspira a transformar el país, una continuidad histórica con las luchas seculares del pueblo de que se trate, un conocimiento profundo de los problemas vitales de los diversos estratos y clases sociales, una unidad de acción de los distintos agrupamientos democráticos y revolucionarios y una relación estrecha de carácter orgánico entre todos ellos en extensión y profundidad del territorio, el movimiento revolucionario está destinado a fracasar. El Che, en sus adversidades, revela los peligros de una acción internacionalista con una base nacional no asegurada ni articulada. A pesar de esta derrota fatal, el Che permanece como el acero más templado de nuestra historia latinoamericana; como la realización de ese ser humano nuevo por el que tanto luchó; como la brújula de nuestros avatares por un mundo sin las ataduras de la explotación y dominación capitalistas. ¡Hasta siempre comandante!
Viernes 6 de octubre de 2017
La Jornadahttp://www.jornada.unam.mx/2017/10/06/opinion/019a1pol

sábado, 18 de marzo de 2017

Marchan organizaciones sociales y alumnos en rechazo a las reformas estructurales


Marchan organizaciones sociales y alumnos en rechazo a las reformas estructurales

La Jornada Zacatecas


Marchan organizaciones sociales y alumnos  en rechazo a las reformas estructurales

Los manifestantes aseveraron que la expropiación petrolera fue traicionada con las reformas estructurales del presidente Peña, sobre todo con la Reforma Energética ■ FOTO: ANDRÉS SÁNCHEZ
■ A 79 años de la expropiación petrolera, no hay nada que celebrar, afirman 
■ “Somos estudiantes y por naturaleza somos revolucionarios”, responden jóvenes a quienes cuestionaron su participación en la movilización
Cerca de 200 personas volvieron a salir a las calles este viernes para marchar en contra del gasolinazo, de las reformas estructurales y en concreto de la energética, así como en oposición al alza de los impuestos.
En esta movilización participaron los integrantes de la Asamblea Estatal de Resistencias Ciudadanas y Civiles que mantiene el plantón en el Congreso del estado desde hace 46 días, del magisterio democrático, del Frente de Estudiantes Zacatecanos Unidos (FEZU) y de El Barzón.
El marco de la marcha fue la conmemoración este 18 de marzo del 79 aniversario de la expropiación petrolera; una fecha, dijeron los oradores en el mitin final, en la que no hay nada que celebrar.
Por parte del FEZU habló Francisco Martínez, quien dijo que al hacer las críticas en torno a la situación actual no se puede nombrar a partidos ni colores como responsables “porque nos hemos dado cuenta que ni la derecha ni la izquierda nos representan”.
Tras felicitar a los “pocos” diputados que han intervenido para tratar de buscar soluciones a las demandas de la asamblea, aseguró que “a los que no han movido ni un dedo el tiempo les dará lo que se merecen”, siendo recordados como los legisladores que “le tuvieron miedo a la sociedad”.
Asimismo, el estudiante se refirió a los comentarios que se han realizado cuestionando la participación del frente en este movimiento y señaló que “somos estudiantes y por naturaleza somos revolucionarios; no nos haremos los sordos, los mudos y mucho menos los desconocidos”.
Consideró que los diputados le están apostando al cansancio de los integrantes del plantón para terminar con esta luchasin embargo, concluyó que “los guerreros de convicción no nos cansamos. No nos van a derrotar”.
Otro de los oradores fue Guadalupe López, quien hizo referencia a los 79 años de la expropiación petrolera y recordó que este hecho fue traicionado con las reformas estructurales del presidente Enrique Peña Nieto, sobre todo con la Reforma Energética.
Por ello, concluyó que “hoy no hay nada que celebrar, sino que lamentamos la gran tragedia en la que nos encontramos inmersos”.
Este ciudadano sostuvo que la asamblea de resistencia que mantiene el plantón en la Legislatura continúa exigiendo la derogación de las reformas y la salida de Peña Nieto así como parar los gasolinazos y la imposición de más impuestos.
Pero quien hizo un mayor recuento de las demandas de la asamblea fue el líder estatal de El Barzón, Manuel Alvarado, quien mencionó que entre las exigencias se encuentran la eliminación del fuero para los diputados, así como de los bonos y las herramientas legislativas, además de la disminución de su salario a 25 mil pesos mensuales.
También se refirió a la cancelación de las prerrogativas para los partidos políticos y a la reinstalación de los maestros que han sido cesados en el estado.
Precisamente la voz de los docentes fue Marcelino Rodarte, integrante del Movimiento Democrático del Magisterio Zacatecano (MDMZ). Hizo un llamado a permanecer en el plantón defendiendo su pertinencia al asegurar que “no sobran nuestras propuestas y nuestras ideas; lo que sobra es la corrupción”.
El 18 de marzo de 1938 cambió la historia de esta industria, la cual había estado en manos de 17 empresas extranjeras
Maricela Flores | 17 de Marzo de 2017 | 21:06

México… a 79 años de la nacionalización del petróleo

El 18 de marzo de 1938 cambió la historia de esta industria, la cual había estado en manos de 17 empresas extranjeras
Maricela Flores | 17 de Marzo de 2017 | 21:06http://de10.com.mx/top-10/2017/03/17/mexico-79-anos-de-la-nacionalizacion-del-petroleo#.WM1qK_WuC2s.facebook El Universal

Hoy estamos conmemorando el 79 Aniversario de la Expropiación Petrolera, momento histórico en el que ese recurso energético, se convirtió en propiedad de los mexicanos. Pero ¿cómo fue que el presidente Lázaro Cárdenas tomó esta decisión?
Hacia el año de 1935, los trabajadores estaban cansados de los bajos sueldos, las jornadas laborales inhumanas y las escasas condiciones de seguridad, por lo que denunciaron la explotación de las empresas extranjeras. Además, mientras se enriquecían con el petróleo mexicano, se negaban a pagar los impuestos que señalaba la ley.
Fue entonces cuando los empleados buscaron aliarse para formar sindicatos, pero estas compañías no lo permitían. Después de algún tiempo de lucha lo lograron y los empleados pudieron organizarse en estos grupos.
A finales de ese mismo año se formó el Sindicato Único de Trabajadores Petroleros, y en enero de 1936, esta organización se unió al Comité Nacional de Defensa Proletaria, que no era otra cosa que el antecesor de la Confederación de Trabajadores de México (CTM).
En el mes de julio se llevó a cabo su primera convención para demostrar un proyecto de contrato general y se llamó a huelga para demandar su cumplimiento. El entonces presidente de México, Lázaro Cárdenas, intervino para que las compañías aceptaran, pero tras varios meses de negociaciones, no se pudo concretar nada.
Esto dio lugar a la huelga de mayo de 1937, para exigir aumento de sueldo, jornada laboral de 40 horas y derecho a la salud. Este hecho fue apoyado por el pueblo mexicano, la industria energética, textil y ferroviaria.
Luego de 10 meses en huelga, los trabajadores retomaron sus actividades gracias a la mediación del mandatario nacional, quien nombró una comisión investigadora que determinó que entre 1934 y 1938 las petroleras habían cometido innumerables fraudes fiscales y obtenido ganancias de hasta 150 millones de pesos.
Los empresarios se molestaron y amenazaron con irse de México y llevarse todo su capital. El 8 de diciembre de 1937 hubo un paro general de labores y días después, la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) exigió a las compañías el pago de 26 millones de pesos en salarios que no se cubrieron durante la huelga.
El sindicato exigió 40 millones, pero las empresas no aceptaron y se ampararon ante la Suprema Corte de Justicia. Sin embargo, el fallo de éste órgano no fue positivo, pues además las obligó a subir sueldos y mejorar las condiciones de trabajo.
Hay quienes dicen que Cárdenas pidió a los empresarios que pagaran los 26 millones de pesos para acabar con la huelga, pero debido al despotismo de uno de ellos, decidió expropiar las empresas petroleras.
El anuncio
Fue el 18 de marzo de 1938, cuando el presidente Lázaro Cárdenas se reunió con su gabinete y realizó el anuncio que cambiaría la historia de nuestro país. Informó a los medios de comunicación sobre la nacionalización petrolera.
Esta expropiación consistía básicamente en la apropiación legal del petróleo que explotaban 17 compañías extranjeras (británicas, estadounidenses y holandesas), para convertirse en propiedad total de los mexicanos. Maquinaria, pozos y refinerías serían ahora propiedad de la nación.
El apoyo hacia la decisión del mandatario no se hizo esperar. Se organizaron grandes marchas en la ciudad de México, la más importante, la del 23 de marzo, que contaría con la asistencia de caso 100 mil personas. Sin embargo, este hecho histórico ocasionó la ruptura de relaciones diplomáticascon el Reino Unido y un embargo comercial con Estados Unidos y Holanda.
La nacionalización y la futura explotación de los recursos quedaron plasmadas en el Artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos:
“La propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los limites del territorio Nacional, corresponde originariamente a la Nación, la cual ha tenido y tiene el derecho de transmitir el dominio de ellas a los particulares, constituyendo la propiedad privada”.
Éste, resalta que la capacidad para adquirir el dominio de las tierras y aguas de la Nación se rige por estos mandatos: solo los mexicanos por nacimiento o naturalización y las sociedades mexicanas tienen derecho de adquirir este dominio; el Estado podrá conceder el mismo derecho a los extranjeros, siempre que convengan ante la Secretaría de Relaciones en considerarse como nacionales respecto de dichos bienes y en no invocar por lo mismo la protección de sus gobiernos.
El 7 de junio de 1938, se creó Petróleos Mexicanos, un organismo que se encargaría de administrar los hidrocarburos en beneficio del pueblo.
MEMORABILIA
Adolfo Gilly
1 JUNIO, 1994
http://www.nexos.com.mx/?p=7089
La reunión de gabinete en la cual Cárdenas anunció la decisión de expropiar a las compañías petroleras y obtuvo su aprobación tuvo lugar el mismo día viernes 18 de marzo, a las 20 horas. Eduardo Suárez refiere en sus memorias su participación en esa reunión.(1) Dice que días después de su conversación con el presidente a la salida de la entrevista del 7 de marzo con los representantes de las empresas petroleras, precisamente el día 18 de marzo, el señor presidente me citó para que me presentase en su domicilio particular en Los Pinos. Esperé un poco en la antesala y vi salir del despacho del señor presidente al señor licenciado Lombardo Toledano, secretario de la Confederación de Trabajadores de México, y a los líderes del Sindicato Petrolero.(2) En seguida el señor presidente me invitó a que lo acompañara en su automóvil a que diéramos algunas vueltas por el Bosque de Chapultepec, para ponerme al tanto de lo que había determinado que debía hacerse y para que nos reuniésemos posteriormente con los miembros del gabinete presidencial, a quienes tenía citados en el Palacio Nacional, y que ya deberían estar ahí reunidos.
Durante el trayecto me pidió que explicara en su nombre al Consejo de Ministros todos los esfuerzos que se habían hecho para llegar a un acuerdo con los trabajadores de la industria petrolera y con las empresas; que la huelga estaba ya causando muy serios trastornos a la economía nacional y que no podía continuar así por tiempo indefinido, pues, como yo sabía, la industria y los transportes de México se movían principalmente con productos del Petróleo, v que la huelga, de prolongarse algunos días más, tendría la consecuencia de paralizar la economía nacional; que en vista de la intransigencia de las compañías para negociar, no le quedaba más remedio que expropiar los bienes de las compañías petroleras en su integridad, y que ya había dado instrucciones a la Secretaría de Economía Nacional para que se preparasen los efectos correspondientes.
Llegamos a Palacio, y en el salón de Consejo de la Presidencia de la República el señor general Cárdenas me dio la palabra para exponer lo que habíamos hablado en nuestro paseo por el Bosque de Chapultepec. Todos los ministros aprobaron la resolución tomada, y el decreto de expropiación fue firmado ahí mismo por el señor presidente y refrendado por el señor don Efraín Buenrostro, secretario de Economía Nacional, y por mí, en mi carácter de secretario de Hacienda.
En ese momento, 18 de marzo a la tarde, eran por lo menos tres los secretarios de Estado al tanto de la decisión del presidente: uno, el general Múgica, con quien la discutió el 9 de marzo y a quien encargó al día Siguiente preparar el manifiesto a la nación que sería leído esa noche; los otros dos, informados ese 18 de marzo con anterioridad a la reunión de gabinete, el secretario de Hacienda Eduardo Suárez, encargado de presentar el informe en dicha reunión,(3) y el secretario de Economía Efraín Buenrostro,(4) encargado de preparar las medidas administrativas. Parece lógico suponer que a esa altura el secretario de Defensa Nacional, Manuel Avila Camacho, también estaba al tanto de la decisión que Cárdenas comunicaría en esa reunión.
El viernes 18 de marzo Cárdenas anota en sus Apuntes estas pocas líneas:(5)
En el acuerdo colectivo celebrado hoy a las 20 horas comuniqué al gabinete que se aplicará la ley de expropiación a los bienes de las compañías petroleras por su actitud rebelde, habiendo sido aprobada la decisión del Ejecutivo Federal.
A las 22 horas di a conocer por radio a toda la Nación el paso dado por el gobierno en defensa de su soberanía, reintegrando a su dominio la riqueza petrolera que el capital imperialista ha venido aprovechando para mantener al país dentro de una situación humillante.
Cárdenas no registra discusión alguna en esa reunión: simplemente, poco antes de leer el manifiesto redactado por Múgica, “comunicó” al gabinete que sería aplicada la ley de expropiación, y su decisión fue aprobada. El decreto de expropiación fue redactado mientras el presidente leía el mensaje a la nación. En su formulación participaron el secretario particular del presidente, Raúl Castellano, el secretario de Hacienda, Eduardo Suárez, el secretario de Economía, Efraín Buenrostro, el jefe del Departamento del Trabajo, Antonio Villalobos y el consejero de la Presidencia Enrique Calderón.(6)
Era viernes a la noche. El presidente mexicano había ganado un fin de semana de ventaja. En sus cálculos entraba la sorpresa, y por lo tanto una respuesta más lenta que lo necesario de la otra parte. El anuncio, en efecto, tomó desprevenidos a los corresponsales extranjeros, a las embajadas y a los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña Betty Kirk, corresponsal de The Christian Science Morutor, lo referiría pocos años después:(7)
La noche de las expropiaciones agarró durmiendo a los corresponsales extranjeros. Habíamos vivido semanas de intenso trabajo informando, hecho por hecho, el Gran juego del Capital Extranjero versus México. Habíamos cubierto las huelgas, las manifestaciones obreras, las decisiones de la Suprema Corte, el desafío y las amenazas de las compañías, la audacia coherente del presidente. Pero a las seis de la tarde del 18 de marzo de 1938, pensamos que el juego estaba concluido cuando las compañías sacaron un último viraje y aceptaron pagar los 26 millones de pesos de aumento decretados por los tribunales. Esto era una aplastante victoria para el gobierno, que registramos en nuestros despachos, y luego, distendidos, nos fuimos a jugar.
Algunos fueron al cine, otros a su casa, pero la mayoría de nuestro grupo tenía un coctel de despedida ofrecido por Mig y Sheldon Tower en la terraza del Hotel Majestic. No sé quién tuvo primero la noticia, pero recuerdo vívidamente que Johnny McKnight, de la Associated Press, abandonó la fiesta misteriosamente después de una llamada desde su oficina. Eran unos minutos después de las diez. A las diez el presidente Cárdenas había anunciado por radio que su gobierno estaba expropiando a las empresas “por necesidad nacional”. La política de apaciguamiento por parte del capital extranjero había llegado demasiado tarde.
En su autobiografía, Josephus Daniels dice que se enteró de la expropiación a través de los corresponsales extranjeros:(8)
Estaba yo sentado en mi estudio en la embajada en la tarde del 18 de marzo de 1938, cuando representantes de la prensa estadounidense y mexicana llegaron a la embajada y pidieron verme. Estaban excitados y sorprendidos, y yo también quedé sorprendido cuando me dijeron que esa misma tarde, momentos antes, el presidente Cárdenas había anunciado por radio un decreto expropiando las propiedades de las compañías petroleras estadounidenses y británicas en la República, acusándolas de “conspiración” contra México.
Las memorias de Daniels, salvo en el elemento sorpresa, no coinciden exactamente con los recuerdos de Bobbie MacVeagh, empleada de la embajada y esposa del segundo secretario, John MacVeagh. En marzo de 1946, antes de que Daniels publicara sus memorias, Bobbie MacVeagh le envió una extensa carta recordando lo que pasó en la embajada en los días de la expropiación petrolera.(9) En las últimas horas de una tarde, escribe Bobbie, su esposo Jack respondió al teléfono y con cierta sorpresa, escuchó decir a Jim Stewart, el cónsul general: “Por favor, enciendan la radio y díganme qué está pasando. Una de mis empleadas consulares me acaba de telefonear que encendió su radio y escuchó al presidente Cárdenas expropiar las compañías petroleras. Yo no tengo radio pero sé que ustedes tienen uno. Enciéndanlo”. Jack corrió a hacerlo y, por supuesto, el presidente Cárdenas estaba pronunciando un discurso anunciando la expropiación de las compañías petroleras.
Jack rápidamente telefoneó al embajador Daniels y le dijo que encendiera su radio en tal número del dial, sin tener en cuenta el hecho de que el señor Daniels hablaba poco español y que Cárdenas estaba casi al final de su discurso.
El señor Daniels, sin embargo, sintonizó justo a tiempo para escuchar la totalidad de la excelente traducción inglesa del discurso del presidente Cárdenas que el gobierno mexicano había tenido la buena idea de ofrecer. Este fue el primer conocimiento que la embajada tuvo de que la suerte realmente estaba echada, y yo siempre he pensado que esa empleada consular merecía una medalla por su devoción a su radio en semejante momento.
La versión del embajador aparece más elaborada y “oficial” -dice que estaba en su oficina cuando llegó la noticia-, pero el que coincide con el testimonio de la periodista Betty Kirk es el relato vivido y coloquial de Bobbie MacVeagh. Este se corresponde, además, con la hora y con el texto del cable urgente que esa misma noche el embajador envió al Departamento de Estado para informar sobre la expropiación:
El propio presidente Cárdenas dio a conocer esta noche una declaración, que también fue difundida por radio en inglés, analizando el impasse en la controversia petrolera e indicando que las propiedades petroleras serán incautadas bajo la ley de expropiación. Todavía no se ha publicado el decreto pero se espera esta noche o mañana. Mañana a la una se realizará una reunión extraordinaria del bloque del PNR en el Congreso. Daniels.
De Ciudad de México. Sin fecha. Recibido 19 marzo 1938, 2:53 a.m.(10)
Cuatro horas después, a las 7 de la mañana de ese sábado 19 de marzo, llegaba un escueto telegrama de respuesta del Departamento de Estado a Daniels. Preguntaba si las compañías tenían plazo para apelar y pedía que en la información sucesiva se tomara en cuenta “la posibilidad de actividades alemanas, italianas o japonesas, tales como negociaciones para comprar petróleo”.(11) En esta primerísima reacción, tal como lo habían previsto diez días antes Cárdenas y Múgica, la preocupación del Departamento de Estado en Washington era ubicar las consecuencias de la medida mexicana dentro de la situación internacional. Hilando más fino en el significado de esta reacción, es posible imaginar que la mentalidad de los funcionarios de Estados Unidos se resistía a aceptar la posibilidad de que el gobierno de un país como México se hubiera lanzado solo a la aventura expropiatoria sin tener previas seguridades de alguna otra gran potencia. De uno u otro modo, la pregunta era lógica.
Esa mañana el New York Times tenía dos encabezados destacados: “Propiedades petroleras estadounidenses tomadas por los mexicanos”. “Barcelona bombardeada seis veces en un día”.(12)
Ese sábado 19 de marzo Josephus Daniels envió sucesivos telegramas al Departamento de Estado informando sobre los antecedentes y el desarrollo de la situación.(13) El domingo 20 de marzo a las 13 horas, en respuesta a las preguntas de Washington del día anterior, telegrafió:
En mi opinión, la extensión en que el presidente y el gobierno se han comprometido al hacer esta expropiación prácticamente elimina la probabilidad de un arreglo en el futuro cercano. Las compañías sienten que la única posibilidad de arreglo sería si la expropiación de sus propiedades por el gobierno condujera a una quiebra económica tan seria que el Poder Ejecutivo de este gobierno cambiara de manos. Esto último no parece probable.(14)
El domingo 20 de marzo, Josephus Daniels dio una conferencia de prensa. Según refiere Bobbie MacVeagh:
Los periodistas volaron desde Estados Unidos para engrosar las filas de los corresponsales permanentes y se le pidió al embajador Daniels que diera una entrevista a la prensa. Al hacerlo deduzco que se esforzó por tomar la situación en la forma más calmada posible. Su actitud, probablemente, fue algo mal entendida por periodistas ansiosos de encabezados llamativos y esto, combinado con la conocida simpatía del señor Daniels por México, llevó a los reporteros a describir al embajador como si estuviera en simpatía con la acción de Cárdenas.
En efecto, esos periodistas esperaban del embajador una declaración de enérgica condena a la expropiación. No la hubo. Al día siguiente, el New York Times tituló la información de su corresponsal Frank Klukhohn: “Embajador dice que México agarró a Estados Unidos dormido -Daniels declara que el Departamento de Estado no sabía de las expropiaciones-. Un rayo en cielo sereno”.
El embajador Josephus Daniels afirmó que Estados Unidos había sido agarrado “completamente dormido” por el plan del gobierno mexicano para expropiar las compañías petroleras extranjeras. Preguntado si era correcta la impresión mexicana de que Washington había asentido de antemano a la expropiación, el señor Daniels respondió: “Ni el presidente Roosevelt ni el secretario de Estado Cordel Hull ni yo sabíamos de antemano sobre la expropiación. La impresión general aquí era que habría una incautación (receivership) por parte del gobierno. La expropiación fue un rayo en cielo sereno”.(15)
Mientras tanto, por instrucciones del gobierno los trabajadores y el sindicato estaban tomando las instalaciones a su cargo en todos los campos y oficinas petroleras. Pese a algunos primeros informes alarmistas y a ciertas inevitables fricciones, la operación se desarrolló con calma y diligencia.(16) “Los empleados estadounidenses y extranjeros en general de las compañías petroleras expropiadas han hablado con gran encomio del tratamiento que recibieron de los trabajadores en relación con su partida y el retiro de sus efectos personales”, informó uno de los funcionarios de la Huasteca Petroleum al cónsul de Estados Unidos en Tampico.(17)

Este es un fragmento de El cardenismo, una utopía mexicana, el nuevo libro de Adolfo Gilly que recupera el tiempo de la expropiación petrolera en ambas orillas del río Bravo, para “reunir en torno a un instante -como en la senopia oculta tras el fresco, como en la textura de La Valse de Ravel- los itinerarios, las creencias, las ideas y el imaginario político que configuraron el cardenismo del los años treinta, en aquel mundo intenso y turbulento de entre las dos guerras: territorios de blues, el jazz y el surrealismo; días de paradojas y pasiones, extremos y aventuras; tiempo de invisibles Ciudades del Sol y verdaderos Reinos de las Tinieblas en el cual culminó, floreció y terminó la revolución mexicana.” El libro aparecerá en Ediciones Cal y Arena.

(1) Eduardo Suárez, op. cit., ps. 193-194.
(2) Magdalena Mondragón, op. cit., p. 120, cita el testimonio de Rodrigo García Treviño sobre esta reunión entre Cárdenas y los dirigentes sindicales: “… en la tarde del 18 de marzo de 1938, alguien habló por teléfono de la Presidencia de la República a las oficinas de la CTM y del Sindicato de Trabajadores Petroleros, pidiendo que a primeras horas de esa noche los secretarios generales de ambas organizaciones, señores Lombardo y Juan Gray, acudieran a la Presidencia, como naturalmente lo hicieron. Entretanto, en la Universidad Obrera los líderes cetemistas esperaban con gran expectación el regreso de ambos señores. Cuando volvieron, el licenciado Lombardo se mostraba sumamente agitado y con gran alarma expresó sus temores de que los barcos de guerra ingleses y estadounidenses se presentaran en puertos mexicanos, cosa que en los subsiguientes días fue materia de sabrosa comidilla en los círculos sindicales cetemistas”.
Esta versión coincide con los recuerdos de Raúl Castellano, aun cuando éste sea una fuente no muy precisa en cuanto a fechas y horas. Refirió muchos años después Castellano a Fernando Benítez que el general Cárdenas “una mariana, estando citado el sindicato en Palacio, me encargó, mientras él los recibía, que hablara con los comisionados del sindicato encabezados por Lombardo y que como cosa mía les preguntara su parecer en el caso de que el gobierno tomara la determinación de expropiar la industria; Lombardo me dijo que la solución era sumamente peligrosa y que creía que no era conveniente llegar a ese extremo. Bastaría con una ocupación temporal de sus bienes. Pensaba en la reacción de Estados Unidos y en el gran peligro que podría significar el que ejercitara represalias. Esto me dijo a 48 horas del 18 de marzo”. (Fernando Benítez, Entrevistas con un solo tema: Lázaro Cárdenas, cit., pp. 58-59).
(3) Magdalena Mondragón, op. cit., pp. 111 y 114-115, cita una conversación del general Múgica con su exsecretario personal, Abel Camacho, años después de la expropiación. Dice Camacho que Múgica recordó las dudas de varios secretarios de Estado ante la posibilidad de una intervención militar o de sanciones económicas de Estados Unidos si se expropiaba el petróleo. Habló en especial de Eduardo Suárez, “quien sostenía que el conflicto tendría que solucionarse con un aplastamiento del Tesoro norteamericano a nuestra débil economía”. Téngase en cuenta que esta es una versión recogida mucho después y de tercera mano (Mondragón escribe lo que Camacho le dijo que Múgica habría dicho años antes). Pero las dudas en el gabinete eran lógicas, ante la magnitud de las incertidumbres que se abrían. .Si Eduardo Suárez las compartía, era explicable la actitud del presidente de hablar con él momentos antes de la reunión de gabinete y pedirle que fuera él, que había participado en las reuniones con los representantes de las compañías, quien presentara el punto de vista presidencial sobre la expropiación. De este modo el licenciado Suárez, uno de los hombres valiosos de ese gabinete como su trayectoria lo demuestra, recibía un honor y una prueba de confianza, adquiría un compromiso y afirmaba su voluntad para los inevitables problemas subsiguientes.
(4) Efraín Buenrostro era amigo personal de Lázaro Cárdenas desde la infancia, cuando habían ido juntos a la misma escuela en su pueblo natal, Jiquilpan, y fue testigo de su matrimonio con Amalia Solórzano el 25 de septiembre de 1932.
(5) Lázaro Cárdenas, op. cit., p. 390.
(6) Lázaro Cárdenas, Apuntes, cit., vol. III, p. 127, diciembre de 1959. En esta fecha reitera que “del mensaje dirigido a la nación, que fue anterior a la formulación del decreto, sólo supo del propósito de la expropiación el general Múgica, a quien encargué redactar el mensaje con puntos escritos que le di en las cercanías de la granja Palmira, al regresar del ingenio de Zacatepec Emiliano Zapata”. Aquí la memoria del general confunde en una sola dos fechas distintas: la de la conversación del 9 de marzo en las cercanías de Palmira y la de la nota del día siguiente con las instrucciones para el mensaje.
(7) Betty Kirk, op. cit., ps. 157-158. En el mismo sentido, Charles A. Thomson, op. cit., p. 126.
(8) Josephus Daniels, op. cit., p. 227.
(9) Josephus Danels Papers, caja 657. La carta tiene dieciséis páginas manuscritas y está titulada: “Memorias mexicanas de Bobbie MacVeagh”. No tiene fecha pero está acompañada por una carta manuscrita de tres páginas de John MacVeagh, fechada en Santa Barbara, California, el 12 de marzo de 1946, donde resume los mismos hechos que refiere su esposa y se remite a la carta de ésta. En ese entonces ambos estaban jubilados. Las cartas fueron posiblemente enviadas a Daniels cuando éste preparaba los materiales para sus memorias, publicadas en 1947.
(10) NAW, RDS, 812.6363/3091, Daniels a Hull. Según telegrama posterior, este telegrama fue enviado el 18 de marzo a las 11 p.m.
(11) NAW, RDS, 812.6363/3096A. Esa preocupación fue constante durante todo el conflicto. Por ejemplo, en enero de 1938 Daniels había enviado dos informes confidenciales del cónsul de Estados Unidos en Tampico, según los cuales “los japoneses no sólo se están moviendo para hacer perforaciones en ciertas partes de México sino también están deseosos de comprar alrededor de tres millones de barriles [500 mil toneladas] de petróleo mexicano” (NAW, RDS, 812.6363/3061, Daniels a Hull, 4 enero 1938). Días después, el consejero de la Embajada de Estados Unidos en México, Pierre de L. Boal, informaba a Laurence Duggan en Washington D.C. que había sabido en confidencia, a través del encargado de negocios de la embajada holandesa, que intereses alemanes estaban haciendo gestiones para desarrollar propiedades petroleras en México. En el mismo informe agregaba: “Usted recordará que hace algún tiempo Beteta, en una charla conmigo, me dijo que aun cuando la cosa iría `a contrapelo’, el gobierno está dispuesto a hacer arreglos para vender la mayor parte de su petróleo a `naciones con las cuales no tenemos ninguna simpatía política’, si tiene que incautar (take over) las propiedades de las compañías y se encuentra ante un problema de vida o muerte para venderlo” (NAW, 812.6363/3067, Boal a Duggan, 8 enero 1938). El 23 de marzo, Duggan recibía un informe sobre los buques-tanque: Alemania tenía 12 (80.113 toneladas), Japón 18 (164.388 toneladas) e Italia 12 (75.113 toneladas), sumas más bien modestas si se tiene en cuenta que el número total de buques-tanque en el mundo era de 584 con 4.502.902 toneladas. (NAW, RDS, 812.6363/3267, Tanis a Duggan, 23 marzo 1938).
(12) New York Times, 19 marzo 1938.
(13) NAW, RDS, 812.5045/705, Daniels a Hull, 19 marzo 1938; 812.6363/3092, Daniels a Hull, 19 marzo 1938, 4 p.m.; 812.6363/3103, Daniels a Hull, 19 marzo 1938.
(14) NAW, RDS, 812.6363/3097, Daniels a Hull, 20 marzo 1938, 1 p.m. El telegrama informa también que en declaraciones del secretario de Guerra, el ejército mexicano ha apoyado públicamente la expropiación; y que a través de “un representante de León Trotsky”, la prensa mexicana recibió un comunicado de James P. Cannon, secretario del Socialist Workers Party de Estados Unidos (de visita en México), y de Max Shachtman, director de la revista Socialist Appeal, llamando a “todos los trabajadores progresistas de Estados Unidos a dar apoyo total al pueblo mexicano en esta lucha”.
(15) New York Times, 21 marzo 1938.
(16) Sobre el traspaso de las instalaciones petroleras mediante la intervención sindical (y las dificultades y conflictos posteriores) ver Los trabajadores ante la nacionalización petrolera, número V de Anuario, Jalapa, Universidad Veracruzana, artículos de Alberto J. Olvera, y de Ruth Adler, “La lucha por la administración obrera en la industria nacionalizada: un ensayo interpretativo”. Ver también Francisco Colmenares, Petróleo y lucha de clases en México, 1864-1982, México, Ediciones El Caballito, 1982; Fabio Barbosa Cano, “El movimiento petrolero en 1938-1940″, en Javier Aguilar (coord.), Los sindicatos nacionales: petroleros, G.V. Editores, México, 1986; y Jonathan C. Brown, “La crisis petrolera mexicana hace cincuenta años”, Excélsior, 13-28 marzo 1938 (en especial 2024 marzo).
(17) NAW, RDS, 812.6363/3355, Armstrong, cónsul en Tampico, a Daniels, 31 marzo 1938. El funcionario petrolero trataba además de mostrar que existía descontento con la expropiación. Por otra parte, mencionaba los conflictos que comenzaban a aparecer en el sindicato sobre el control de las posiciones directivas en la empresa local. Estos conflictos eran reales y tuvieron después su propio desarrollo en los diferentes campos petroleros.





jueves, 9 de febrero de 2017

Sala de plenos de Legislatura continuará ‘tomada’ por tiempo indefinido hasta establecer negociación

Sala de plenos de Legislatura continuará ‘tomada’ por tiempo indefinido hasta establecer negociación

Sala de plenos de Legislatura continuará ‘tomada’ por tiempo indefinido hasta establecer negociación
Foto: ALMA RÍOS
  • No hay diferencia entre diputados con “línea” y los de oposición, acusan manifestantes
El colectivo que mantiene tomadas las instalaciones de la Legislatura del estado de Zacatecas permanecerá en el recinto por tiempo indefinido hasta en tanto le “den la cara los diputados”, esto es, que se establezca una mesa de negociación.
Los manifestantes acusan en su totalidad a los legisladores de todos los partidos y fracciones de no respaldarlos en sus demandas, de tal manera que no hay una diferenciación entre los que tienen “línea” y el denominado bloque opositor, dijeron.
Expusieron que el Poder Legislativo de Zacatecas es el único en el país que no está apoyando a la ciudadanía contra el gasolinazo.
Este día a las cuatro de la tarde tendrán una nueva reunión, pues no han definido las siguientes acciones a emprender, pero especificaron que instalarán, en tanto que mantengan la toma de la sala de plenos, un centro de estudios ciudadano.
También este día, a las 5 de la tarde, informaron, el docente-investigador de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Rodolfo García Zamora, ofrecerá, en este contexto, la conferencia El derrumbe de la economía.

El gasolinazo y la gobernabilidad

Por Luis Hernández Navarro
La Jornada
Feb 7 de 2017
Enero me gustó pa’ que te vayas, le cantan integrantes de la Asamblea del Pueblo a Francisco Kiko Vega, gobernador panista de Baja California, parafraseando la letra de Amarga Navidad, de José Alfredo Jiménez. Y, al grito de ¡Fuera Kiko!, exigen la renuncia del mandatario.

El malestar por el gasolinazo no cesa. El 28 de enero, una multitud enfurecida le exigió al gobernador una reunión, y cuando, en lugar de recibirlos él puso pies en polvorosa, lo persiguió al salir de sus oficinas, le gritó ratero y lo zarandeó. Entre empellones, su equipo de seguridad tuvo que emplearse a fondo para que su jefe terminara, sano y salvo, su graciosa huida.

Unos días después, el 2 de febrero, en Zacatecas, integrantes de la Asamblea Estatal de Resistencias Ciudadanas y Civiles tomaron el pleno del Congreso del estado. La asamblea está integrada por diversas organizaciones, campesinos y ciudadanos sin partido. Exige a los legisladores locales la realización de un periodo extraordinario de sesiones para derogar los impuestos que propuso el gobernador del PRI, Alejandro Tello Cisterna.

Los ocupantes del Congreso entonaron el Himno Nacional y guardaron un minuto de silencio por la Constitución Política de 1917, cuyo espíritu ha muerto. Efectuaron una sesión del pleno popular, y leyeron un exhorto en el que exigen: dar “marcha atrás al gasolinazo; eliminar el fuero, bonos y prerrogativas a legisladores y partidos políticos; reducir el salario de todos los diputados, y subsidio al campo.

El 26 de enero, integrantes del colectivo Guanajuato Despertó tomaron durante algunas horas las instalaciones del nuevo Palacio Legislativo en la entidad. Demandaron el desafuero inmediato del Presidente; revertir el aumento al precio de combustibles; la abrogación de las leyes contenidas en la reforma energética, y atender puntual y estrictamente otras demandas del pueblo.

Apenas el pasado 5 de febrero, 12 mil personas del movimiento No al gasolinazo marcharon en Hermosillo y trataron de ocupar el edificio del Congreso. Diversos problemas logísticos les impidieron hacerlo.

El 19 de enero, pobladores del Valle de Mezquital, Hidalgo, retuvieron en la batea de una camioneta a cuatro diputados locales del PRI durante una hora. Exigieron la presencia de los legisladores de la entidad, para derogar el aumento a las gasolinas y hacer justicia a los dos jóvenes de Ixmiquilpan asesinados por la Policía Federal el pasado 5 de enero.

Esa inconformidad está articulada en torno al Movimiento Civil contra el Gasolinazo. Acusan de traidor y vendido al alcalde panista Pascual Charrez. El 26 de enero sus integrantes llegaron a la presidencia municipal a caballo y en vehículos, y colocaron dos mantas contra el edil con mensajes como Pascual asesino, te olvidaste de quienes te apoyamos.

Simultáneamente a esas acciones, los más disímbolos grupos ciudadanos en prácticamente todo el país siguen protestando: tomas de casetas, obstrucción de carreteras y marchas pacíficas. Apenas el pasado primeo de febrero, en Reynosa, Tamaulipas, ex trabajadores de Pemex bloquearon la salida de pipas de una planta de la petrolera.

Estas protestas representan para las autoridades gubernamentales un severo problema de gobernabilidad. Lo son, al menos por seis razones.

Primero, porque si las distintas policías recibieran la orden de reprimir simultáneamente todas estas expresiones de rabia social, no podrían hacerlo por falta de elementos. En lugar de apaciguar los ánimos, el uso de la fuerza pública para desalojar plantas de Pemex y carreteras, radicalizó y extendió el encono social.

Segundo, porque los representantes del gobierno no tienen en muchos casos con quién negociar. Las organizaciones tradicionales y los partidos políticos fueron rebasados por la ola de enfado y, a más de cinco semanas de su estallido, siguen sin poder conducirla. Esos nuevos liderazgos emergentes son abiertamente antipartidos y han comenzado a estructurarse regionalmente, formado frentes y asociaciones, que garantizan la permanencia y continuidad de la protesta.

Tercero, porque el descontento ciudadano tiene una base pluriclasista. Aunque en las movilizaciones participan gremios organizados, su dinámica no es gremial. Eso hace que el gobierno no tenga margen para desmontar el encono ciudadano solucionando demandas laterales.

Cuarto, porque la lucha contra el gasolinazo se convirtió, en varios estados, en conducto para canalizar viejos agravios y problemas no solucionados. El aumento a los combustibles fue la gota que derramó el vaso de la inconformidad. El resultado final es un explosivo coctel de irritaciones sociales.

Quinto, porque el choque directo con gobernadores, la ocupación de congresos y el bloqueo masivo de oficinas públicas son un indicador de que la radicalidad y la extensión de la lucha social en el país está pasando a otro nivel. Estamos ante un grado de insubordinación ciudadana inédita, emparentada (aunque distinta) con la explosión solidaria hacia el EZLN que se vivió en 1994, con la lucha de la APPO en 2006 y con los 124 días de insurgencia magisterial de 2016.

Y sexto, porque la necesidad gubernamental de contar con recursos frescos y su pretensión de ofrecer márgenes de ganancia elevados a los inversionistas del sector, choca de frente con la demanda de dar marcha atrás al incremento de los precios de los hidrocarburos. Por lo pronto, la moviliación ciudadana obligó ya a la SHCP a cambiar su política.

Nada parece indicar que el sentimiento nacionalista abierto por la guerra comercial que Donald Trump declaró a México pueda suprimir o mitigar la expresión masiva de este profundo descontento. El enojo ciudadano es muy profundo y los variopintos llamados a la unidad nacional hechos por diversos actores no tienen asidero para atemperarlo. Con permiso de José Alfredo, la multitud le seguirá cantando a los políticos y funcionarios: Febrero me gustó pa’ que te vayas…