jueves, 26 de julio de 2018

Crisis de seguridad tiene una relación directa con el modelo económico: académico

Crisis de seguridad tiene una relación directa con el modelo económico: académico

Crisis de seguridad tiene una relación directa con el modelo económico: académico
El investigador cuestionó que en los últimos dos sexenios el Ejército haya realizado funciones de policía, pues sólo está destinado a cuestiones de defensa nacional y de desastres naturales FOTO: LA JORNADA ZACATECAS
La sociedad civil organizada presiona para que los gobiernos cambien la forma de conducir al país
Asevera que la aplicación del neoliberalismo derivó en la corrupción de la policía mexicana y una complicidad entre el Ejército con el crimen organizado y el narcotráfico
Rodolfo García Zamora, investigador de la Unidad académica en Estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), afirmó que la crisis de seguridad humana en el estado y el país tiene una relación directa con el modelo económico al que no se le ha aplicado algún cambio significativo, además de que tampoco hay propuestas serias para hacerle frente.
Sin embargo, destacó que hay una mayor participación de la sociedad civil organizada que está presionando para que los gobiernos cambien la forma en que han conducido a las entidades y al país.
“Solamente la sociedad civil organizada y con propuestas puede hacer que cambien los partidos políticos, que cambien los Congresos, que cambien los gobiernos, que cambien las políticas públicas, porque hasta ahora el país está el servicio de cerca de 440 monopolios que no pagan 850 mil millones de pesos por concepto de impuestos”, puntualizó.
Expuso que, con el cambio de modelo económico en México en la década de los 80 del siglo pasado, no solamente cambió la economía, sino también en la función del Estado que dejó de ser promotor del desarrollo y de la seguridad humana.
García Zamora indicó que la implementación del modelo neoliberal derivó en la corrupción de la policía mexicana y una complicidad entre el Ejército con el crimen organizado y el narcotráfico.
“Desde hace más de 30 años, las instituciones de seguridad nacional incluido el Ejército, ya estaban controladas con el narcotráfico, y aunque ha habido cambios en los actores, el proceso lleva más de tres décadas”.
Cuestionó que en los últimos dos sexenios el Ejército haya realizado funciones de policía, pues solamente está destinado a cuestiones de defensa nacional y de desastres naturales, ello con el argumento de que la industria del crimen rebasó a la policía tradicional.
Comentó que en el imaginario mexicano el Ejército era heroico e incorruptible, pero “no ha aguantado los cañonazos de millones de dólares y muchos de los generales han estado involucrados con eso”.
Aunado a ello, García Zamora dijo que el gobierno no ofrece alternativas a los jóvenes, al grado de que a nivel nacional hay 7.8 millones que no estudian ni trabajan, mientras que en Zacatecas es de más de 120 mil de una población de 1.5 millones de personas.
“Ni a nivel federal ni a nivel de Zacatecas no hay ninguna política pública de atención a estos 7.8 millones a nivel federal ni para los 120 mil en el estado, pero tampoco para los egresados de las universidades, pues el 60 por ciento se dedica a otra cosa diferente para la que fueron preparados”, agregó.
Manifestó que después de la crisis de la deuda externa en 1982, de 2 mil millones de dólares, se obligó a cambiar el modelo económico con el discurso de que el país sería modernizado, ello mediante la privatización y permitiendo la entrada del capital extranjero.
Asimismo, se decía en ese momento que las crisis no volverían a existir en México, pero hasta el momento ha seguido creciendo la crisis estructural y la crisis de seguridad humana, pues no hay algún cambio importante en el modelo económico, concluyó García Zamora.

Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”. Ayotzinapa, Gro.

Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”.
Ayotzinapa, Gro.
Al pueblo en general.
A los medios de comunicación.
Las enormes carencias en que se ha desarrollado el proyecto educativo del normalismo rural desde su nacimiento, en la década de los 20’s, son un reflejo del poco interés de las instituciones educativas en proyectar la formación de maestros rurales para llevar conocimientos al pueblo. Las Normales Rurales se han sostenido acogiendo a los hijos de las familias pobres y campesinas, a pesar de la falta de presupuesto para todas las modalidades, han sido los estudiantes organizados quienes defienden el sistema de internado y comedor en estas escuelas.
A la falta de presupuesto para la manutención del proyecto educativo en su totalidad, se le añade los requisitos que necesitamos cubrir para nuestra preparación profesional: las jornadas de práctica, se llevan a cabo en primarias de comunidades rurales, el material didáctico con que nosotros enseñamos (y la carencia en que estudian en las primarias rurales), es algo que el Estado tampoco quiere hacerse cargo.
Ante la necesidad hemos denunciado la consigna del gobierno para extinguir las Normales Rurales con la falta de presupuesto; y hemos generado formas para solventar la escasez en que se mantienen nuestras escuelas. El 7 de enero del 2014, nuestros compañeros de la Normal Rural de Ayotzinapa, llevaban a cabo una actividad de colecta de recursos pidiendo cooperación voluntaria a los automovilistas que viajaban en el tramo carretera Acapulco – Zihuatanejo (a la altura de Atoyac). Los normalistas hicieron un retén informativo con una valla humana que se extendía durante varios metros para advertir a los conductores que disminuyeran la velocidad. A las 3:00 pm un tráiler que transportaba una retroexcavadora, arribó al punto del retén, ignoró las señales de alerta y en un acto premeditado el conductor no bajó la velocidad: el exceso de dimensiones de la maquinaria que transportaba, y la fuerza con la que iba avanzando, obligó a los compañeros a saltar, agacharse, o intentar escapar; lamentablemente no todos lo lograron. Aquel día nuestros compañeros Freddy Fernando Vázquez Crispín y Eugenio Alberto Tamarit Huerta, cayeron sobre el asfalto, atropellados por el tráiler. El conductor, Benjamín Torres Salgado, el lugar de detenerse e intentar auxiliar a los compañeros aceleró y huyó dándose a la fuga. Además de los compañeros caídos, resultaron lesionados varios compañeros con heridas severas.
Así como hemos generado respuestas a las necesidades de recurso, se ha recrudecido la reacción contra nuestras prácticas: la campaña de estigmatización, desprestigio hacia la Normal Rural de Ayotzinapa, dirigida por las palabras de autoridades gubernamentales, medios de comunicación masivos y sectores empresariales, criminalizan nuestras formas de protesta sin indagar los motivos que nos llevan a hacerlas. Así, el mensaje de odio hacia el normalismo rural se reproduce en la población sin un ejercicio de reflexión. Nosotros atribuimos la apropiación de esta actitud de odio contra nuestras manifestaciones, del chofer del tráiler quien de manera premeditada embistió a los compañeros. Es decir, la campaña de odio contra Ayotzinapa se materializó en la reacción del chofer ante la protesta de normalistas.
Hoy nos manifestamos reivindicando la vida de Eugenio y Freddy, de suma importancia para nuestra formación como normalistas rurales. El proceso legal continua en proceso, y exigimos justicia y el castigo a los responsables de su muerte. El dolor en que viven las familias de los caídos nos obliga a seguir. Así como mantenemos vigente la lucha por la presentación con vida de los 43 compañeros desaparecidos, no se nos olvida que tenemos un largo historial de agravios a lo largo de la historia…
Así como Eugenio y Freddy florecen en las tierras de Ayotzinapa, también yacen las semillas de Gabriel Echeverría y Alexis Herrera, Julio Cesar Mondragón, Daniel Solís Gallardo, Julio Cesar Ramírez Nava, Filemón Tacuba, Jonathan Morales, Juan Manuel Huickan. Todos normalistas, quienes dieron su vida por la existencia hasta el último de la Normal de Ayotzinapa: descansa su legado, al igual que el del profesor Lucio Cabañas, en la escuela que tanto necesitamos los jóvenes pobres.
Ayotzinapa, Guerrero, a 7 de enero de 2018.
¡POR QUE EL COLOR DE LA SANGRE JAMÁS SE OLVIDA!
¡7 DE ENERO! ¡NO SE OLVIDA!
¡FREDDY VIVE, VIVE!
¡EUGENIO VIVE, VIVE!
¡VIVOS LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS!
H. COMITÉ EJECUTIVO ESTUDIANTIL “RICARDO FLORES MAGÓN”
AYOTZINAPA, GUERRERO.
ENERO COMBATIVO

martes, 3 de julio de 2018

Spread this around the UNLV community: We are now offering FREE OF CHARGE legal advice and representation to UNLV students, staff, and their family members on immigration questions.

Difundir esto alrededor de la comunidad de UNLV: ahora ofrecemos asesoramiento legal gratuito y representación a los estudiantes de unlv, el personal y sus familiares en cuestiones de inmigración.

¡Buenos días, México!
Víctor M. Toledo
B
uenos días, país; buenos días, nación; buenos días, México. ¡Cincuenta años nos contemplan! Este salto que el país ha dado tiene su origen en 1968. Ni más ni menos. Lo que soñamos aquella generación de jóvenes en rebeldía por fin se alcanza. Quebrar más de dos siglos de una tradición despótica fincada en la opresión, el autoritarismo y la anti-democracia. La dictadura imperfecta ha llegado a su fin, y surge la posibilidad de construir una modernidad alternativa. Tardamos mucho, pero así son los procesos sociales: sus relojes caminan a un ritmo diferente a los nuestros. A diferencia de muchos patriotas que ya no lo vieron, hoy entono una canción oculta de agradecimiento a la vida. A las fuerzas que me permitieron presenciar este momento histórico. Aquella oscura noche que percibíamos durante nuestras rebeldías juveniles se fue haciendo más y más y más espesa, hasta llegar a este país devastado, que tuvo la prudencia y la paciencia de resguardar sus reservas naturales, sociales, culturales y civilizatorias. Esas sin las cuales la política digna se hace imposible. La resistencia valió la pena; una resistencia que tomó mil formas, pero que al final prendió y se expandió como un incendio venturoso. Treinta millones de votos lo certifican. ¿Cuántos mexicanos pusieron silenciosos su pequeña resistencia, sutil, cotidiana, imperceptible? Nunca lo sabremos. Pero conforme se iban apretando las condiciones terribles de estos 30 años recientes, y la de­vastadora máquina neoliberal iba dejando una estela de pobreza, destrucción, incomprensión, desesperanza y miedo, también se iban gestando los núcleos de la resistencia social. En México las batallas políticas se fueron transformando en elementales luchas por la supervivencia. La movilización que tuvo lugar hace unos días en decenas ciudades del país contra la privatización del agua es la más reciente expresión de ello.
El gran conductor de este amanecer luminoso es, por supuesto, AMLO. Su reciedumbre tropical, su sensibilidad de dirigente popular, y su fe inquebrantable han colocado al país de nuevo a la vanguardia del mundo. Atina AMLO en construir una nueva nación fun­dada en lo moral, no en la ideología, el negocio, el progreso, o la tecnología. De sus tantos mensajes enviados en estos meses me quedo con tres. Primero, su habilidad para construir un proyecto de nación a partir no de las teorías y tradiciones intelectuales de la izquierda, si­no de la lectura de las realidades concretas y particulares del país, de sus recorridos por su territorio, de sus encuentros con los múltiples actores de un México pluricultural y multiétnico y, por supuesto, del análisis y la interpretación de su propia historia. Como dijo un estratega estadunidense desde Washington, AMLO es AMLO. Lo segundo es su capacidad para combinar pragmatismo con intuición, es decir, su habilidad para ir seleccionando colaboradores que más allá de sus maneras de pensar, sus orígenes, su edad y sus trayectorias, son integrados por su entrega desinteresada, patriótica y noble. Hoy el nuevo gobierno dispone de casi una centena de cuadros dirigentes, mujeres y hombres, de altísima calidad moral y profesional. Finalmente, no puede ignorarse algo que pocos conocen. No obstante ser permanentemente acusado de autoritario por sus contrincantes políticos, AMLO se ha rodeado desde hace casi una década de un equipo de asesores, de creadores e intelectuales críticos con diferentes formaciones y diversas maneras de pensar, a los cuales ha escuchado y con los cuales ha dialogado. Su rol ha sido clave, por­que de alguna manera representan, a pequeña escala, la inteligencia del país. Esa que proviene de las universidades, tecnológicos y centros neurálgicos de creación, análisis y discusión. Para quien esto escribe ha sido una experiencia única y de un extraño valor formar parte de ese equipo.
No puede pasarse por alto, por último, que este amanecer ha tenido un elevado costo humano, porque procede de una noche ex­tremadamente trágica. La re­fundación del país tendrá que hacerse llevando como contexto a los 240 mil mexicanos asesinados y a los más de 30 mil desaparecidos. A los que ya no están, a los que dieron su vida por un ideal y a los que los exterminaron por causas diversas, los nuevos conductores del país deben jurar en su memoria honestidad, pulcritud, valores supremos y una entrega total por el bien común y el de la patria. La república amorosa tiene que ir dejando atrás tanta ignominia mediante la construcción de un país que requiere con urgencia atender a millones de mexicanos, especialmente jóvenes, que han quedado marginados por décadas. Todo está por hacerse. La luz de un nuevo sol se despliega lentamente y nos baña de esperanza. Que los destellos de este amanecer nos alcancen a tod@s.
Martes 3 de julio de 2018
http://www.jornada.com.mx/2018/07/03/opinion/018a2pol

Fin de régimen

Fin de régimen
Pedro Miguel
P
ara tirios y troyanos es difícil aceptarlo: se acabó. El régimen instaurado mediante un golpe de Estado electoral el 6 de julio de 1988 –y que se gestó en las mismas entrañas del viejo modelo del desarrollo estabilizador desde inicios de esa década– tiene las horas contadas y fecha precisa de terminación. El próximo 1º de diciembre, es decir, en menos de cinco meses, estará muerto. Algunas de sus expresiones más horribles han desaparecido ya y en las siguientes 16 semanas se extinguirán otras. La sublevación social y ciudadana que se concretó el domingo primero de julio entre las ocho de la mañana y las seis de la tarde ha liberado al país de una dictadura oprobiosa del grupo político, empresarial, mediático y delictivo que dominó durante 30 años y que operó en ese periodo un colosal programa de destrucción nacional: desmanteló políticas de Estado, hizo de la corrupción un rasgo estructural del poder público, liquidó la soberanía, destruyó la industria nacional, arruinó el campo, barrió con empresas públicas, liquidó sindicatos y comunidades, fomentó el acanallamiento de sectores sociales enteros, hizo negocios con la devastación del territorio y los recursos naturales, empujó a la delincuencia a cientos de miles y en su último tramo, en las presidencias de Calderón y de Peña Nieto, propició, por omisión o por dolo, un cuarto de millón de asesinatos, decenas de miles de de-sapariciones e incontables viudeces y orfandades.
Después de varios intentos fallidos por sacudirse esa tiranía, la sociedad mexicana finalmente encontró una salida en el programa político que López Obrador y sus colaboradores han venido modelando desde 2004 y que proponía, dicho muy en síntesis, concientizar, organizar y unificar para conformar una mayoría capaz de tomar las urnas por asalto con un consenso básico: erradicar las redes de corrupción e impunidad –que han sido los principales aglutinantes de la oligarquía neoliberal–, gobernar en acuerdo con las leyes y reorientar la administración pública, que ha sido convertida en oficina de gestión de intereses privados, para ponerla al servicio de la población en general. Tras 14 años de acumulación de fuerzas y tras dos intentos frustrados por el abierto fraude electoral (2006) y por la compra masiva de votos en 2012, la insurrección tuvo éxito en los comicios del domingo. Unos 32 millones de ciudadanos terminaron por concluir que la persistencia del régimen oligárquico era ya insoportable, de una u otra manera encontraron acomodo, viabilidad y futuro en la tercera versión del proyecto de nación lopezobradorista, confluyeron en un polo que fue atrayendo a individuos, organizaciones, sectores y movimientos, algunos desprendidos del propio grupo en el poder, y conformaron un frente amplio en el que confluyen ideologías, clases y visiones del mundo a veces contrapuestas, pero alineadas en torno a las premisas básicas referidas.
El éxito de la sublevación dependía de un factor cuantitativo: a fin de neutralizar los instrumentos que el régimen tenía en sus manos para la distorsión de la voluntad popular, era obligatorio desbordar las urnas con un tsunami de votos; se requería de una mayoría absoluta que sepultara toda tentativa de fraude, y también era necesario comunicar poderío desde antes de la elección para desmoralizar al poderoso adversario. Hubo además la circunstancia afortunada de una ruptura enconada en el seno del grupo gobernante. Tradicionalmente éste disponía de varias franquicias electorales que le servían para dirimir sus pugnas internas y para acomodar a su favor los escenarios legislativos y electorales con la apariencia de la pluralidad y que siempre terminaban aliándose en contra de la oposición real. Por alguna razón, en este proceso electoral las rivalidades cosméticas desembocaron en un pleito real y el régimen se quedó sin la posibilidad de coordinar a sus distintas patentes partidistas para hacer frente a lo que se le venía encima.
Hacia las dos de la tarde la afluencia de sublevados a los centros de votación marcaba ya una tendencia irreversible; los cuartos de guerra de las dos vertientes del oficialismo conocieron a esas horas las primeras encuestas de salida y cuando éstas empezaron a ser difundidas por medios y redes sociales, la capacidad de maniobra del régimen colapsó. A sus tres principales representantes –el Presidente y los dos candidatos– no les quedaba ya más remedio que preparar sus respectivos discursos de aceptación de la derrota.
Las masas sublevadas y victoriosas, en cambio, tienen un largo camino por delante. Para empezar, deben terminar de asimilar la hazaña que lograron y luego deberán enfrentar la hermosa incertidumbre de modelar y reconstruir un nuevo país. Es difícil comprender el fin de lo durable y en las próximas semanas habrá que repetirse y repetirlo: el régimen oligárquico y neoliberal mexicano ha llegado a su fin.
Twitter: @Navegaciones