Miscelánea.
Francisco Javier Contreras
Díaz.
Un reconocimiento a la bella
e indócil terquedad de Don Roberto de la Rosa.
Ejemplo para los mismos trepadores de siempre.
Salaverna, a doce años
de resistencia.
Como predijo el mayor e inmejorable
estilista que haya nacido en Macondistán (“el rey del bucle”), don Agripino Roosevelt
al hacer pública su revelación después de experimentar un trance lisérgico y
afirmar que “en el futuro instantáneo, los call
center se convertirán en los grandes
edificadores de trayectorias gaseosas. Detallarán hazañas envueltas en
encuestas de opinión y fortalecerán efigies inspiradas en las sublimes crónicas
del Reader’s Digest. Las figuras
saldrán del sopor gracias a preguntas sobre el conocimiento y construcción
desde la inducción tramposa de una voz en off
que, con pretendida ingenuidad, nos cuestionarán sobre los inconmensurables logros
de la “generación tapón”, los eternos
candidatos a cualquier puesto. El call
center es el eficaz publirrelacionista de cualquier candidato, más que de
sí mismo.”
En idéntico sentido versó la
declaración de un empresario del sector del nopal y la tuna o también conocidos
como productos típicos nostálgicos coyunturales (“a todo alimento, el mercado lo
ha convertido en producto nostálgico”). La opinión fue arrancada en céntrica
avenida al emprendedor afiliado a la Confederación de Agraristas Promotores de
la Tuna y el Nopal, Similares y Conexos del Caribe, Oceanía y América Central
A.C. (versión Macondistán) según se lee en su gafete lujosamente enmarcado
colgado de la solapa de su frac. José Hipólito Armstrong, que es un estuche de
virtudes, pues mientras oferta sus tinas repletas de tunas y nopalitos, también
deleita a la concurrencia con excelsas interpretaciones de jazz clásico con una trompeta que esconde bajo sus productos,
sostiene que “debemos recuperar la dialéctica y enseñarla a los mismos de
siempre, a quienes han secuestrado el mercado de las franquicias electorales y
terminaron monopolizado las candidaturas, el término o la implicación
político-filosófica de generación. Convencerlos de que las monarquías
partidistas ya se extinguieron, que mágicamente expectoraban un discurso de
izquierda y al final terminaron afiliados al neoliberalismo, tan así que el
saqueo, el abandono y la corrupción campean plácidamente. ¿Le pongo unas
tunitas en una bolsa, patroncito? …¿Las encuestas por call center? Bueno, estos espacios representan el último reducto de
la Generación Tapón, significa el temor de se les reclame en un cara a cara por
permitir la canibalización económico-social-ambiental de este país y de esta
patria chica de Macondistán. ¿Un pan ranchero patrón? Llévelo…tenga, se lo
regalo”.
Para un sobreviviente del
difícil arte de lustrar calzado, Melquiades Marshall “Don Tintas Fuertes”, las
campañas de promoción política mediante los llamados call center significa “el horror y la barbarie de esa moda de
suplantar la plaza pública por los sórdidos restaurantes para que nuestra
inmaculada clase política arroje luz y soluciones a todos los menesterosos que
estamos en el filo. Los call center
significan arrojar a las multitudes que les aclaman e idolatran a alucinar en
destartalados centros de análisis político y a cuchitriles donde, hacinados,
continúen estudiando el materialismo histórico y las obras escogidas de Yolanda
Vargas Dulché. Esta modalidad para escuchar sus nombres y sus logros infinitos
resulta impersonal, fría y nos regresa a la época de los virreyes. Deseamos
recuperar la indómita salvajez de sus razonamientos y sus análisis de coyuntura
apoyados lo mismo en Marx (Groucho), que en Melitón Friedman o viendo películas
del cine mudo. Deseamos recuperar los nostálgicos grupos de estudio, resucitar aquellos
evangélicos círculos de análisis donde se abordaban profundos temas como “Harapos e ideología”, “Publicidad
política y agonía” o “La feminización económica y fantasía”. ¡¡No a los call center!! Defensores de la
Generación Tapón, ¡Uníos! ¿Grasa Joven?”.
La última y nos vamos. Un
reconocimiento a los trabajadores del sector salud quienes diariamente se
enfrentan al llano en llamas.