domingo, 16 de febrero de 2020

Miles de mujeres se manifiestan en México contra la violencia machista tras la difusión de imágenes de la víctima de un feminicidio

Miles de mexicanas se manifestaron ante el Gobierno mexicano y los medios de comunicación este viernes en una jornada de protestas contra la violencia machista en la capital mexicana y en varias ciudades del país, tras el feminicidio de Ingrid Escamilla cuyas fotografías se filtraron a la prensa.
El punto más álgido de la protesta ocurrió en el centro de Ciudad de México, donde las mujeres se manifestaron contra dos de los diarios que divulgaron las imágenes de Escamilla, asesinada y descuartizada por su pareja.
En las instalaciones de uno de los periódicos, pintaron los muros, vandalizaron cuatro camiones de reparto y, también, incendiaron uno de ellos, a lo que la Policía capitalina respondió con extintores.
"Queremos apelar no solamente a los medios de comunicación, sino a que también se empiece a legislar el tema de protección a las víctimas del asesinato en México, que en buena manera es una negligencia de la fiscalía y de las ciencias forenses que han filtrado estas fotos", manifestó una de las líderes de la marcha.
Las protestas se iniciaron por la mañana en el Palacio Nacional, donde cientos de mujeres pintaron la fachada del edificio histórico mientras el presidente, Andrés Manuel López Obrador, ofrecía su rueda de prensa matutina.
Por ello, personal de seguridad de Ciudad de México colocó vallas frente al Palacio de Bellas Artes, donde las activistas levantaron una "Antimonumenta" para las víctimas de feminicidios, y resguardaron otros monumentos, como el Hemiciclo al presidente Benito Juárez.
Las ciudadanas tacharon estas acciones de "indiferencia" del Gobierno mexicano, como Yesenia Zamudio, quien aseguró que su hija fue víctima de feminicidio hace cuatro años a manos de un profesor del Instituto Politécnico Nacional (IPN) que ahora trabaja en Petróleos Mexicanos (Pemex).
"No tendríamos por qué estar aquí, pero estamos aquí porque nos duelen todas. Estamos indignadas. Porque así tengamos que quemar toda la ciudad para que nos dejen de matar lo vamos a hacer", comentó Zamudio a Efe.

Justificación presidencial

Ante la presión y acusaciones de minimizar los feminicidios, el presidente López Obrador publicó este viernes un "decálogo" en contra de este crimen en el que condenó el machismo y prometió "garantizar la seguridad de las mujeres".
"No estoy metiendo la cabeza en la arena. No estoy evadiendo mi responsabilidad. No es la política del avestruz", aseveró el mandatario en su rueda de prensa.
Sin embargo, las manifestantes criticaron al presidente en las pintadas que realizaron en las paredes de los edificios capitalinos y en una cruz rosa que colocaron en la calle frente a Bellas Artes.
"¿Qué dijo López Obrador? 'Sí, déjenlas que protesten'. Como diciendo que saquen su berrinche, porque así le dicen ellos, y ya. 'Nosotros despintamos y se acabó'. Él dice que su gobierno no reprime. No, de frente no, pero por debajo de la mesa cómo da patadas", declaró a Efe Celia Flores.

Movilización nacional

El asesinato de Escamilla ha conmocionado un país en el que matan a 10 mujeres cada día y que registró el año pasado 1.006 feminicidios, como se cataloga al asesinato por violencia de género, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Turbación no solo por la crueldad del crimen, sino por los funcionarios capitalinos que difundieron las fotografías de la víctima, la cobertura de los medios de comunicación y la respuesta del presidente López Obrador.
En Ciudad de México se reunieron alrededor de 650 manifestantes, informó la Secretaría de Seguridad Pública de la capital, según la cual hubo decenas de manifestantes más en la preparatoria 6 de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y en la alcaldía Gustavo A. Madero, donde ocurrió el feminicidio de Escamilla.
La movilización se replicó en las ciudades más grandes del país, como Guadalajara, Tijuana, Culiacán, Veracruz y también en Monterrey, ciudad al norte del país en la que en 2019 registró el mayor número de feminicidios, 19 oficiales, según el SESNSP.
Allí, más de 200 mujeres también se manifestaron por la falta de acciones del gobierno para frenar este delito.
"Es entonces que este 14 de febrero, día en el que año tras año se hace exaltación a aquel discurso de amor romántico, nos manifestamos por la memoria de todas aquellas compañeras violentadas, exigiendo la abolición a toda forma de machismo", dijo a Efe Anahí Martínez, una de las organizadoras.

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Fuente:  https://www.eldiario.es/internacional/Miles-manifiestan-Mexico-violencia-publicacion_0_996000648.html
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La epidemia del miedo

Contemplar las imágenes actuales de Wuhan debería alertar a una sociedad consciente sobre la naturaleza del peor virus que se propaga incontrolado: el miedo

Wuhan, foco del colonavirus. EFE/Yuan Zheng
Wuhan, foco del coronavirus. EFE/Yuan Zheng
«Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos;
ciegos que ven, ciegos que, viendo, no ven».
José Saramago, "Ensayo sobre la ceguera"
Supuestamente, el coronavirus se ha cobrado una víctima de entidad en España. O diremos mejor en Barcelona, que marca una diferencia. El brote epidémico desatado en Wuhan, China, a más de 9.000 km de distancia ha sido la causa esgrimida para cancelar el Mobile World Congress. Los primeros balances de pérdidas hablan de 490 millones de euros y 14.000 puestos de trabajo temporales en Barcelona. La llamada prensa de Madrid –y del resto, que no sea Catalunya- no le ha dedicado especial atención. El Congreso de los Diputados aún menos. Según la oposición de derechas nada hay más decisivo para los españoles que Venezuela. Ese punto de racismo destaca en la epidemia del miedo que asola a la sociedad.
No ha sido la alerta sanitaria la que ha suspendido el Mobile. Lo aseguran las autoridades españolas y la OMS, Organización Mundial de la Salud. Sería una precaución desmesurada en un país que solo ha registrado dos casos leves. La guerra comercial entre China, con su potente Huawei, y Estados Unidos y Europa no anda lejos. No ha sido impedimento sin embargo para celebrar otros eventos: la feria Integrated Systems Europe(ISE) en Ámsterdam, ahora mismo, entre otros. Todo son especulaciones que no se pueden confirmar. Es ése el factor precisamente que desata el temor y las interpretaciones variopintas, los bulos incluso. Una sociedad infantilizada está dispuesta a creer cualquier cosa para disipar sus temores. Periodistas incluidos.
Contemplar las imágenes actuales de Wuhan debería alertar a una sociedad consciente sobre la naturaleza del peor virus que se propaga incontrolado: el miedo. Wuhan es la novena ciudad de China en población. 11 millones de habitantes, en un país que ya ronda los 1.400 millones. Al parecer, en ella se desarrolla un potente foco de investigación e innovación tecnológica. Ahora es una ciudad desierta a la que han rodado a cámara lenta en día de niebla, como si el propio virus lo desatara. Sus habitantes aislados, su actividad, detenida. Y es que el miedo acarrea consecuencias, desde económicas –como vemos ya- a personales de todo tipo. Es mentira que sean miles los contagiados en todo el mundo como se dice. No todavía, al menos.
Es cierto que el oscurantismo de la dictadura china da poca confianza a los datos que aporta sobre el balance de víctimas del coronavirus, pero aun así, las cifras de 60.000 afectados, 1.426 muertos, y 1.100 personas que han superado la enfermedad, no daría lugar a la histeria desencadenada. Nos dicen también que va disminuyendo el número de contagios. Probablemente, por las medidas de prevención adoptadas. Pero ya se ha lanzado una sin par ola de racismo contra los ciudadanos chinos. Hay gente capaz de engullir que el coronavirus viene transportado en el hilo de coser o en los productos alimenticios. Restaurantes chinos andan bajando la persiana temporalmente antes de mandar a diario sus platos al congelador o la basura. Ser chino -y hay, repito, casi 1.400 millones-, es sospechoso para mentes calenturientas. Ésas que con sus decisiones son peligros a considerar para todos.
Los miedos son muy selectivos. Sobre todo cuando algunas batutas marcan el ritmo. La gripe en España registró en ejercicios recientes casi 800.000 casos, 52.000 ingresados y casi 1.000 muertes, si bien recientes estudios revelan que la gripe causa hasta tres veces más defunciones que las registradas80.000 muertos hubo el año pasado por la gripe común en EEUU y no pasó nada. Vayamos más allá, a los países que no cuentan. En la República del Congo ahora mismo se contabilizan 2.250 casos de muertos por Ébola con una altísima tasa de mortalidad entre los contagiados. Otra epidemia allí, de sarampión, ha matado ya a 4.000 niños. La vacuna cuesta 1 euro y se pide ayuda y no se da. El periodista Ramón Lobo citaba esos "mil millones de enfermos de 18 males ignorados que podrían prevenirse con una vacuna". Estos, entre los más destacados.
Wuhan, hoy, es la imagen de la sociedad que han formateado llena de miedos inducidos y realidades disipadas. La imagen de un mundo que se anticipa y del que nos ha prevenido la experiencia. Y la literatura. Es La Peste de Albert Camus, publicada en 1947, sobre una hipotética plaga que situó en la ciudad argelina francesa de Orán. En los buenos pensadores como él, sirve para mostrar y aprender sobre la condición humana. Está en el Ensayo de la Ceguera, obra cumbre del Nobel José Saramago, publicada en 1995. Él mismo la definió como una crítica para desenmascarar "a una sociedad podrida y desencajada". Y ya la vimos en Un enemigo del pueblo, de Ibsen, que salió a la luz en 1882 alertando de cómo en estas tragedias se tiende a matar al mensajero que entorpece planes económicos para eludir soluciones y responsabilidades. Así pasó con el pobre y joven médico de Wuhan que lanzó la voz de alarma sobre el coronavirus. Ha muerto e inicialmente fue obligado a pedir perdón por la alarma.
Y así pasa con quien avisa de peligros reales que no interesa difundir, tanto como los que atenazan en estornudos que se muestran potencialmente mortales. Mientras, vemos abrir la boca -todo lo que da de ancho- a lenguas viperinas y el veneno que transportan para que surtan sin control.
La sociedad del bienestar soporta cada vez menos el riesgo, pero éste no desaparece nunca. Seguramente ni en las casas cerradas de la cerrada ciudad de Wuhan. No se puede esterilizar cuanto nos rodea. Hay que tomar precauciones, por supuesto. En la medida que lo dicta la sensatez. Y desde luego una prevención básica es contar con un sistema de salud potente –no dedicado al lucro- y que atienda a todos los ciudadanos, evitando la extensión de cualquier enfermedad contagiosa. Y no van por ese camino los hechos del liberalismo desbocado.
No deberíamos engañarnos: miedo tenemos todos, humanos y animales (más nosotros que anticipamos temores). Malo el que dice no temer a nada. La valentía es simplemente racionalizar el miedo e intentar superarlo. Y, sin duda, advertir cuándo el miedo es utilizado como arma y control que cada vez ocurre más. Y oponerse con toda la energía posible a la peor plaga: la globalización del miedo. Y saber que el miedo crece cuando no se le combate.
Es preocupante ver a personas que no se ponen mascarilla alguna para prevenirse del odio, la xenofobia, la irracionalidad. Ni se alejan de dañinos focos de infección que constituyen algunas políticas y sus difusores mediáticos, de quienes trasmutan la realidad. Y estos virus sí que son contagiosos y letales.
Fuente : https://www.eldiario.es/zonacritica/epidemia-miedo_6_995710441.html
eldiario.es  Zona Crìtica


MACONDISTAN = ZACATECAS- Miscelànea


Miscelánea.

Francisco Javier Contreras Díaz.



Que no aparezca la duda: un gajo de nuestra excelsa clase política toda pasión, bondad y sacrificio por las masas sin distingo por fin, en un meditado acto de meditación colectiva, han decidido aflojar el paso legislativo. La justificación nos la entregan envuelta en un sarape a los pies de la bandera nacional: necesitamos tiempo para realizar proselitismo pues las multitudes les exigen la reelección. Pero no sólo sus franquicias están de acuerdo en una reelección perpetua y transgenaracional, como ya sucede, también ese adefesio conocido en el submundo de la sociología como “sociedad” se une a la idea más original para asegurar el crecimiento económico, el desarrollo, la seguridad patrimonial y el medio ambiente, solo por citar algunos rubros que no tienen parangón y ellos han sido sus creadores y vigías.

Ser diputado de ninguna manera resulta una tarea fácil o cómoda. Ser representante popular es aceptar convertirse en luminaria sin centelleos instantáneos, es luz dotada de conciencia (que no es poco) y su única fragilidad es esforzarse por promover su veneración incondicional hacia la patria. Ahora solicitan tiempo para una actividad inútil: abandonar momentáneamente sus complicadísimas actividades legislativas para disponer de tiempo, espacio y recursos para proselitismo buscando una reelección que hoy ya tienen en la urna. ¿Quiénes dudarán en arrojarles el simbolismo del sufragio a nivel tumultuario para que repitan quienes sólo conocen prodigar milagros para las castas inferiores de Macondistán? Nadie. Su reelección será la bendición cívica inmerecida por los lumpen que jamás podrán presumir de lo sublime de su pensar y lo portentoso de su actuar que deja en calidad de pobres enteleridos a Juárez, Cárdenas, Emiliano o al mismísimo Villa o a los Flores Magón.

Por otra parte, la felicidad completa existe. Los escépticos rumian sus emociones y, ante ello, deben de solicitar asilo en el siquiátrico pues los gobernantes nos han reencontrado con la fe. No hubo espacio cívico que no estuviera a disposición de las réplicas de los pesebres de Belén. Las representaciones de la natividad capturaron Plaza de Armas, oficinas públicas, jardines. Incluso en el centro de la presidencia municipal de Guadalumpen también se instalaron las santas escenificaciones como elemento para redireccionar las costumbres educativas de nuestra sociedad. El gobierno laico cayó abatido ante la contundencia de las preclaras ideas de aquellos que giraron instrucciones para tapizar con ‘nacimientos’ todo sitio susceptible para tan noble y didáctico propósito. El clímax fue cuando el niño Dios de Zóquite fue presentado en sociedad, todo un bendito logro del mercado religioso. Como valor agregado, a partir de este mes se podrá disponer de las salas de cabildo en todo Macondistán para bautizos, adoración nocturna, confirmaciones, canta misas y en las iglesias se podrá pagar el impuesto predial, las multas de tránsito, permisos de construcción, adquirir actas de nacimiento o bodas religiosas entre personas del mismo sexo y por lo civil.

La prosperidad no tiene mancha y las super delegaciones tienen la bondad de disminuir la precariedad y elevar el índice de desarrollo humano, nunca, pero nunca, politizar y montarse en las carencias de los escasos jodidos que todavía sobreviven por la infinita necedad de no subirse al tren del desarrollo. Quienes propalen el bulo de que estas agencias son de promoción política personal y dinástica. Nada más falso. Hoy en la ruralidad ya no se padecen limitaciones graves gracias a que los campesinos residuales ya tienen beneficios del centralismo benefactor materializado en semovientes, pisos de tierra, techos de estrellas, triciclos, patinetas y colchones no ortopédicos. Desde este púlpito del anti análisis totémico aplaudimos la privatización y el monopolio familiar de las super delegaciones, un maná para los opulentos de estas tierras que ya piden auxilio para que les regresen a la precariedad. Nuestros menesterosos ahora mueren de éxito.



La última y nos vamos. El negocio del manejo de residuos se fue al muladar. Las calles balcanizadas, la suciedad omnipresente junto al deterioro del paisaje urbano. Gobiernos de “izquierda” donde los ciudadanos son PRI-mero. Una pena.
Enero de 2020




martes, 4 de febrero de 2020

Conflicto en la UNAM: 7 planteles mantienen paro y Rectoría registra protestas

Dos planteles más se sumaron al paro con el que alumnas exigen un freno al acoso sexual y a otras formas de violencia de género. En Rectoría, manifestantes entregaron peticiones y hubo pintas
.mar 04 febrero 2020 06:15 PMRectoría 
La tarde de este martes, manifestantes marcharon a la Torre de Rectoría. Algunos hicieron pintas y rompieron vidrios.
El conflicto en la UNAM escaló este martes, cuando alumnos de otros dos planteles, la Facultad de Artes y Diseño y la Preparatoria 8, se sumaron al paro que mantienen desde hace casi tres meses sus compañeras de otras sedes, en particular la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL), donde la demanda principal es frenar el acoso sexual y todos los tipos de violencia de género. Con esto, suman siete planteles sin actividades.
A la par, por la tarde manifestantes con los rostros cubiertos marcharon a la Torre de Rectoría, donde entregaron un pliego petitorio. En ese contexto, algunas personas realizaron pintas en el edificio, rompieron algunos vidrios e hicieron quemas, algo que fue reprobado por la máxima casa de estudios.


domingo, 2 de febrero de 2020

Diferencias entre crecimiento y desarrollo para entender las sociedades actuales

Crecimiento y Desarrollo
Saúl Escobar Toledo
Desde la década de los años sesenta, en las escuelas de economía y en una parte de la literatura especializada, se insistía en comprender la diferencia entre crecimiento y desarrollo. El primer término aludía al aspecto meramente cuantitativo mientras que el segundo se refería a la calidad de la dinámica económica. La crítica más importante que sostenía esta diferenciación se basaba en la idea de que el crecimiento de aquellos años, por cierto, muy alto comparado con el presente, estaba basado en un modelo concentrador y excluyente. Este fenómeno -decía por ejemplo Pedro Vuscovic hace cincuenta años- se manifestaba especialmente en las características y las tendencias de la distribución del ingreso (Cf. www.eltrimestreeconomico.com.mx). El economista chileno, uno de los más importantes representantes de la CEPAL, agregaba que:
“las formas actuales de funcionamiento de los sistemas económicos latinoamericanos no apoyan el concepto de que el crecimiento pudiera llevar más o menos espontáneamente a un mejoramiento en la distribución del ingreso; por el contrario, en condiciones de funcionamiento espontáneo del sistema parecen ser más poderosas las fuerzas concentradoras que los efectos positivos de ciertos cambios en la estructura sectorial de la economía”
Por ello, consideraba necesario “un cambio sustancial del esquema de crecimiento, la definición de una nueva estrategia de desarrollo, con todo lo que ello supone en términos de factores favorables y obstáculos, así como de requisitos y consecuencias políticas… una nueva estrategia que podría caracterizarse como un esfuerzo para provocar modificaciones drásticas en la concentración de la propiedad y en la distribución del ingreso.”
Sin embargo, los esfuerzos por el cambio chocaron con los intereses dominantes, incluyendo dictaduras militares, y las condiciones que conoció el mundo en los años setenta caracterizadas por la inestabilidad y lo que se llamó entonces la estanflación, estancamiento con inflación.
En los años ochenta las cosas empeoraron y América Latina viviría la llamada década perdida que significó graves retrocesos en el crecimiento y el nivel de vida de la población. Debido a esto y a la globalización mundial que empezó a dominar a casi todas las sociedades del planeta, y a cambios políticos significativos como el derrumbe de la URSS, el debate sobre crecimiento y desarrollo se diluyó casi totalmente. Ahora lo importante era volver a crecer, recuperar todos los años perdidos y, para ello, ajustarse a los nuevos dictados de política económica: liberalizar los mercados, flexibilizar el trabajo y reducir los presupuestos públicos.
La calidad del crecimiento dejó de tener importancia ya que la teoría en boga aseguraba que pocos años el mundo sería plano, es decir, las desigualdades (económicas, tecnológicas, sociales y políticas) se reducirían casi totalmente gracias a las nuevas tecnologías de la informática y la comunicación, y al flujo sin trabas de capitales y mercancías por todo el orbe.
Las ilusiones del final de la historia, la prosperidad generalizada y el triunfo de la democracia liberal en todos lados tuvieron un serio descalabro con la Gran Recesión de 2008. A partir de entonces, las economías, significativamente las del mundo desarrollado, sufrieron caídas severas y prolongadas. De ahí se derivó un descontento político que hoy afecta a muchas partes del mundo. En varias regiones del planeta, la economía volvió a crecer, pero no la tranquilidad y la conformidad de los ciudadanos. Para entender esta situación, la discusión sobre la calidad del crecimiento ha regresado, y en particular, el tema de la desigualdad.
Como ha señalado recientemente el economista Dani Rodrik,
“La desigualdad está ocupando un lugar preponderante que desde hace mucho tiempo no se veía... Frente a la violenta respuesta política y social contra el orden económico establecido, que alimenta el ascenso de los movimientos populistas de extrema derecha y las protestas callejeras desde Chile hasta Francia, los políticos de todos los colores han convertido a este tema en una prioridad urgente”.
La preocupación por la calidad del crecimiento económico ha llevado a una reflexión sobre los indicadores, en particular, el más importante, el Producto Interno Bruto (PIB). Economistas tan distinguidos como Thomas Piketty, Emmanuel Saez, y Gabriel Zucman han propuesto el “PIB 2.0” un parámetro que incluiría datos desagregados de ingreso de diferentes sectores de la población de tal manera que se puedan observar las diferencias.
Por su parte, una comisión de economistas encabezada por Joseph Stiglitz, Amartya Sen y Jean-Paul Fitoussi, se dio a la tarea de identificar los límites del PIB como un indicador del funcionamiento de la economía y del progreso social. Sugieren que se debe cambiar el énfasis de medición, apoyado en indicadores orientados al producto, a otros enfocados en el bienestar (well-being) de la actual y las futuras generaciones. Ello plantea una visión multidimensional que engloba los estándares de vida materiales, y asimismo la evaluación de la salud, la educación, las actividades laborales, la voz del ciudadano en actividades políticas y en las tareas de gobierno, las relaciones sociales, el medio ambiente, y la inseguridad.
Hoy, a diferencia de hace cincuenta años, la calidad se debe entender no sólo en razón de la desigualdad del ingreso, sino igualmente, de un medio ambiente sano y sustentable, de
la existencia y creación de empleos dignos, y del cierre de la brecha entre hombres y mujeres.
Y, sin embargo, el mismos Stiglitz aclaró hace poco que “Por muy desacertada que sea la obsesión con el incremento permanente del PIB (y los riesgos de una catástrofe ecológica), sin crecimiento económico miles de millones de personas seguirán careciendo de una provisión adecuada de alimentos, vivienda, vestimenta, educación y atención médica”.
Desde luego, en todos estos años, el asunto de la calidad de la expansión económica no fue olvidada por completo. Sobre todo, las Naciones Unidas han hecho esfuerzos por evaluar los países con base en los índices de desarrollo humano. La UNCTAD y la CEPAL, por su parte, han elaborado propuestas para impulsar las economías mejorando sus componentes sociales.
En México tampoco estuvieron ausentes las voces críticas del modelo neoliberal. Además, afortunadamente, contamos con CONEVAL para medir mejor los fenómenos sociales y económicos. El INEGI también ha hecho esfuerzos para ofrecer indicadores que vayan más allá del comportamiento del PIB.
El presidente de la república también se ha manifestado alegando, ante las cifras que dan cuenta de un estancamiento del PIB, que le interesa más abatir la desigualdad que acelerar el crecimiento. No obstante, si vemos las cosas más de cerca, el impulso al nuevo Tratado Comercial; su respuesta frente a las amenazas de EU, endureciendo la política migratoria; los repetidos anuncios de compromisos con los grandes empresarios para estimular la inversión; y algunos proyectos como la refinería, el corredor transístmico y el rescate de PEMEX revelarían su preocupación por elevar las cifras de crecimiento. Algunos dirían incluso, que a costa de su calidad.
En el momento actual, entonces, la tarea consiste en impulsar un mayor desarrollo en sus dos vertientes, tanto en cantidad como en calidad. En el fondo, sin embargo, como se afirmó hace medio siglo, el reto es llevar a cabo una nueva estrategia, con todo lo que ello supone, incluyendo sus consecuencias políticas.
El debate sobre la calidad de la dinámica económica está otra vez en un lugar destacado en las agendas de los gobiernos, los organismos multilaterales y los círculos académicos. Bienvenidos los nuevos términos de la polémica. En México, sin embargo, quizás tengamos, además, que discutir un índice o al menos un mapa de ruta de los conflictos políticos que un cambio de rumbo necesariamente provoca para medir acertadamente hacia dónde vamos y sus posibilidades reales de éxito.
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