sábado, 11 de febrero de 2023

Miscelánea

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FJCD

Escribió el ilustre Rogaciano Koch (Macondistán 32 mil años aC, aprox.) que el deseo sexual era “un mito genial, una alegoría al pesimismo derivado del hartazgo”. Agregó que la propuesta de atar definitivamente a dos personas “hasta que la muerte de alguna los separe”, las cuevas y grietas residenciales se convertirían en verdaderas “zonas de desastre”. Koch saltó a la fama cuando publicó su trilogía Matrimonio, Divorcio y Parálisis Mental (Carbono 14 Ediciones, 30 mil aC), textos que en semanas alcanzaron el nivel de best sellers. Los críticos literarios no escatimaron alabanzas. El Macondistán Daily News publicó: “La brillantez de la propuesta de Koch, oponiéndose al horror de la esclavitud emocional que conduce a un mundo donde todo lo animal, vegetal y carnal es de plástico con asbesto. Un sinuoso recorrido por la incapacidad para distinguir lo real de lo falso; unos textos donde la verdad y la mentira se confunden.” Por su parte, el Macondy Sun, sentenció: “Adentrarse a la tinta de la trilogía de Koch, constituye una huida al abismo del extravío, significa concretar la metáfora que envuelve la convivencia entre el homo sapiens; libérrimos en su forma de convivir con los procreadores y continuadores de la especie sin ataduras. Koch deifica la libertad por continuar sin ataduras y sin la presión de las tradiciones de lo que han dado en llamar –inicialmente- como matrimonio. El casorio es la tumba del poliamor (de la que se puede salir), significa renunciar a pensar y sentir. Koch se manifiesta contra la instauración de arietes para el desarrollo de la humanidad. Nunca funcionará, para fortuna, y el mundo conocido será habitado por engañadores y engañados, por simuladores y disimulados.”

Pero los cruzados del tradicionalismo no tiraron la toalla. Catarino Adelman (Macondislandia 29 mil años a.C aprox.) bicampeón regional de Monopoly, salió en defensa de la santa institución del matrimonio y lanzó fulminantes diatribas contra el texto kochiano Matrimonio y, aprovechando el viaje, realiza una férrea defensa de tan hermoso estado civil del cual expresa que, “El libelo escrito por Koch intenta dinamitar la vida nocturna en las cuevas bien avenidas, donde las caricias aún no se encuentran monetizadas. Intenta corromper la geografía del amor diáfano que solo se encuentra en el matrimonio devocional. La mente oscura de Koch no comprende que las leyes que instauran el matrimonio son dictados divinos para legalizar el consumo de sensaciones y regular la oferta y demanda idolátrica de los esposos. Koch debe inscribirse en cursos extra curriculares que aborden con profundidad, profesionalismo y principios morales temas como la “insurrección de las almohadas”, “sábanas convulsas”, “colchones heroicos” o “¿me prestas el control?” y abandonar ese sexismo que va contra todo mandato celestial (…) Alguien debe asesorar a Koch sobre la infinitud del matrimonio, como una caja fuerte donde se guarda la virtud, el respeto, un trozo de cielo, el presente y futuro, los olores mágicos de la cueva tradicional, la fantasía del amor o el sexo como limosna. Por ello, es una festividad la realización de bodas multitudinarias en las cuales

pueden contraer nupcias (verbo “contraer” que lo mismo se usa para “contraer lepra”, “contraer sarna”, “contraer peste bubónica”) gratuitamente por parte de la Defensa de una Indefendible Faramalla (DIF). Así que Koch, mejor muere de celos, pues en las bodas multitudinarias triunfa el amor sublime. Las bodas multitudinarias promovidas por el DIF son eventos donde se realiza la entrega de parcelas cárnicas o como dijo Gabino Barreno: “¡Soy valiente y moriré matrimoniándome patrocinado por el DIF!”. Koch se equivoca, el DIF demuestra que lo gratuito existe: la actitud combativa frente al divorcio a dos horas de casarse.” (Adelman, El matrimonio como asociación delictuosa. Terrorismo Ediciones, s/f).

Por su parte, Nicéforo Wouters en su ensayo El divorcio: huyendo del fuego, toma posición al sentenciar que, “El divorcio no puede existir sin que previamente exista el matrimonio y el DIF. Tema plural y de suyo polémico, que alcanza para redactar una enciclopedia personal sobre su influencia en la armonía del hogar. Existen dos corrientes doctrinarias que se anulan. Una sostiene que el divorcio es un acto cobarde digno de una pieza sinfónica. Sostienen que es la ruptura del clima de concordia entre dos seres mimetizados y complementarios que habitan un solo cuerpo y una sola alma. Dos seres que son uno mismo y pueden clonarse en tres, cuatro o más gracias al amor sublime. El divorcio es lo melodramático de la soledad, el tedio que extingue y por eso, no recomendable. Es de individualistas, de esteparios, significa la desgarradora decisión de asumir la atrofia emocional. El divorcio es comunista y ateo. En sentido opuesto, se instalan aquellos que consideran que el divorcio –siempre apegados a la línea establecida por Koch-, es huir de la máxima crueldad que haya inventado la especie humana contra sí misma, es recuperar la fe de que el amor es un invento donde se puede ocultar la soberbia y la traición con odio. El matrimonio es la perversión de la convivencia y el divorcio significa regresar a la fascinación que da habitar el pecado. Esta doctrina le plantea al DIF que en su poder de convocatoria y persuasión con las masas también organice divorcios multitudinarios gratuitos, sería un signo de equidad el poder romper los resortes “afectivos”, la suntuosa simulación y constituiría una obra civilizatoria centrada en quienes cometieron la imprudencia de haber “contraído” nupcias y darles otra oportunidad para que vuelvan a aprender a caminar y dejen de bailar.”

Respecto al tomo de Parálisis Mental de Koch, Fulgencio Kahn, especialista y CEO de empresas del amor, razonó que, “Muchos casados se enteran que padecen esta patología con sesenta años de retraso, mientras el divorcio multitudinario y gratuito del DIF a una leve distancia de dos millones de años luz. La vanguardia siempre llega con retraso. (Kahn, 29 mil años aC).

La última y nos vamos. Por creatividad no paramos. La caída de la demanda, la pérdida del poder adquisitivo de los macondistaníes será resuelto con rifas de gadgets, teléfonos móviles, audífonos y otras maravillas tecnológicas. Cuando se adquiera algún bien o servicio en comercios de la capital le otorgarán un boleto y basta esperar los resultados de la tómbola. Esto jamás se le hubiera ocurrido a

Keynes, a Chabelo y su ‘Catafixia’, Srrafa, Kalecki o a Julio Regalado. El nuevo deporte estatal con potencialidad de ser incluido en los JO es el detener autos con cristales polarizados por parte de los atletas de la Policía Vial. Estos atletas de alto rendimiento, con navaja en mano, proceden a retirar el plástico que oscurece solo los cristales delanteros, los traseros son intocados, entonces allí puede transportar lo que desee. Si circula por las calles céntricas, haga lo que le venga en gana: estaciónese hasta en triple fila, en sitios prohibidos, transite en sentido contrario, obstaculice banquetas, ignore espacios para minusválidos, lo que le venga en gana. Nadie lo molestará, pues los mastines viales están ocupadísimos retirando polarizados y subiendo a las grúas motocicletas chatarrizadas. Haga arrancones en las vías de comunicación; haga lo que quiera, está en la selva. Con la creatividad gubernamental falta poco para que infraccionen carreolas, muletas, sillas de ruedMiscelánea

FJCD

Escribió el ilustre Rogaciano Koch (Macondistán 32 mil años aC, aprox.) que el deseo sexual era “un mito genial, una alegoría al pesimismo derivado del hartazgo”. Agregó que la propuesta de atar definitivamente a dos personas “hasta que la muerte de alguna los separe”, las cuevas y grietas residenciales se convertirían en verdaderas “zonas de desastre”. Koch saltó a la fama cuando publicó su trilogía Matrimonio, Divorcio y Parálisis Mental (Carbono 14 Ediciones, 30 mil aC), textos que en semanas alcanzaron el nivel de best sellers. Los críticos literarios no escatimaron alabanzas. El Macondistán Daily News publicó: “La brillantez de la propuesta de Koch, oponiéndose al horror de la esclavitud emocional que conduce a un mundo donde todo lo animal, vegetal y carnal es de plástico con asbesto. Un sinuoso recorrido por la incapacidad para distinguir lo real de lo falso; unos textos donde la verdad y la mentira se confunden.” Por su parte, el Macondy Sun, sentenció: “Adentrarse a la tinta de la trilogía de Koch, constituye una huida al abismo del extravío, significa concretar la metáfora que envuelve la convivencia entre el homo sapiens; libérrimos en su forma de convivir con los procreadores y continuadores de la especie sin ataduras. Koch deifica la libertad por continuar sin ataduras y sin la presión de las tradiciones de lo que han dado en llamar –inicialmente- como matrimonio. El casorio es la tumba del poliamor (de la que se puede salir), significa renunciar a pensar y sentir. Koch se manifiesta contra la instauración de arietes para el desarrollo de la humanidad. Nunca funcionará, para fortuna, y el mundo conocido será habitado por engañadores y engañados, por simuladores y disimulados.”

Pero los cruzados del tradicionalismo no tiraron la toalla. Catarino Adelman (Macondislandia 29 mil años a.C aprox.) bicampeón regional de Monopoly, salió en defensa de la santa institución del matrimonio y lanzó fulminantes diatribas contra el texto kochiano Matrimonio y, aprovechando el viaje, realiza una férrea defensa de tan hermoso estado civil del cual expresa que, “El libelo escrito por Koch intenta dinamitar la vida nocturna en las cuevas bien avenidas, donde las caricias aún no se encuentran monetizadas. Intenta corromper la geografía del amor diáfano que solo se encuentra en el matrimonio devocional. La mente oscura de Koch no comprende que las leyes que instauran el matrimonio son dictados divinos para legalizar el consumo de sensaciones y regular la oferta y demanda idolátrica de los esposos. Koch debe inscribirse en cursos extra curriculares que aborden con profundidad, profesionalismo y principios morales temas como la “insurrección de las almohadas”, “sábanas convulsas”, “colchones heroicos” o “¿me prestas el control?” y abandonar ese sexismo que va contra todo mandato celestial (…) Alguien debe asesorar a Koch sobre la infinitud del matrimonio, como una caja fuerte donde se guarda la virtud, el respeto, un trozo de cielo, el presente y futuro, los olores mágicos de la cueva tradicional, la fantasía del amor o el sexo como limosna. Por ello, es una festividad la realización de bodas multitudinarias en las cuales

pueden contraer nupcias (verbo “contraer” que lo mismo se usa para “contraer lepra”, “contraer sarna”, “contraer peste bubónica”) gratuitamente por parte de la Defensa de una Indefendible Faramalla (DIF). Así que Koch, mejor muere de celos, pues en las bodas multitudinarias triunfa el amor sublime. Las bodas multitudinarias promovidas por el DIF son eventos donde se realiza la entrega de parcelas cárnicas o como dijo Gabino Barreno: “¡Soy valiente y moriré matrimoniándome patrocinado por el DIF!”. Koch se equivoca, el DIF demuestra que lo gratuito existe: la actitud combativa frente al divorcio a dos horas de casarse.” (Adelman, El matrimonio como asociación delictuosa. Terrorismo Ediciones, s/f).

Por su parte, Nicéforo Wouters en su ensayo El divorcio: huyendo del fuego, toma posición al sentenciar que, “El divorcio no puede existir sin que previamente exista el matrimonio y el DIF. Tema plural y de suyo polémico, que alcanza para redactar una enciclopedia personal sobre su influencia en la armonía del hogar. Existen dos corrientes doctrinarias que se anulan. Una sostiene que el divorcio es un acto cobarde digno de una pieza sinfónica. Sostienen que es la ruptura del clima de concordia entre dos seres mimetizados y complementarios que habitan un solo cuerpo y una sola alma. Dos seres que son uno mismo y pueden clonarse en tres, cuatro o más gracias al amor sublime. El divorcio es lo melodramático de la soledad, el tedio que extingue y por eso, no recomendable. Es de individualistas, de esteparios, significa la desgarradora decisión de asumir la atrofia emocional. El divorcio es comunista y ateo. En sentido opuesto, se instalan aquellos que consideran que el divorcio –siempre apegados a la línea establecida por Koch-, es huir de la máxima crueldad que haya inventado la especie humana contra sí misma, es recuperar la fe de que el amor es un invento donde se puede ocultar la soberbia y la traición con odio. El matrimonio es la perversión de la convivencia y el divorcio significa regresar a la fascinación que da habitar el pecado. Esta doctrina le plantea al DIF que en su poder de convocatoria y persuasión con las masas también organice divorcios multitudinarios gratuitos, sería un signo de equidad el poder romper los resortes “afectivos”, la suntuosa simulación y constituiría una obra civilizatoria centrada en quienes cometieron la imprudencia de haber “contraído” nupcias y darles otra oportunidad para que vuelvan a aprender a caminar y dejen de bailar.”

Respecto al tomo de Parálisis Mental de Koch, Fulgencio Kahn, especialista y CEO de empresas del amor, razonó que, “Muchos casados se enteran que padecen esta patología con sesenta años de retraso, mientras el divorcio multitudinario y gratuito del DIF a una leve distancia de dos millones de años luz. La vanguardia siempre llega con retraso. (Kahn, 29 mil años aC).

La última y nos vamos. Por creatividad no paramos. La caída de la demanda, la pérdida del poder adquisitivo de los macondistaníes será resuelto con rifas de gadgets, teléfonos móviles, audífonos y otras maravillas tecnológicas. Cuando se adquiera algún bien o servicio en comercios de la capital le otorgarán un boleto y basta esperar los resultados de la tómbola. Esto jamás se le hubiera ocurrido a

Keynes, a Chabelo y su ‘Catafixia’, Srrafa, Kalecki o a Julio Regalado. El nuevo deporte estatal con potencialidad de ser incluido en los JO es el detener autos con cristales polarizados por parte de los atletas de la Policía Vial. Estos atletas de alto rendimiento, con navaja en mano, proceden a retirar el plástico que oscurece solo los cristales delanteros, los traseros son intocados, entonces allí puede transportar lo que desee. Si circula por las calles céntricas, haga lo que le venga en gana: estaciónese hasta en triple fila, en sitios prohibidos, transite en sentido contrario, obstaculice banquetas, ignore espacios para minusválidos, lo que le venga en gana. Nadie lo molestará, pues los mastines viales están ocupadísimos retirando polarizados y subiendo a las grúas motocicletas chatarrizadas. Haga arrancones en las vías de comunicación; haga lo que quiera, está en la selva. Con la creatividad gubernamental falta poco para que infraccionen carreolas, muletas, sillas de ruedMiscelánea

FJCD

Escribió el ilustre Rogaciano Koch (Macondistán 32 mil años aC, aprox.) que el deseo sexual era “un mito genial, una alegoría al pesimismo derivado del hartazgo”. Agregó que la propuesta de atar definitivamente a dos personas “hasta que la muerte de alguna los separe”, las cuevas y grietas residenciales se convertirían en verdaderas “zonas de desastre”. Koch saltó a la fama cuando publicó su trilogía Matrimonio, Divorcio y Parálisis Mental (Carbono 14 Ediciones, 30 mil aC), textos que en semanas alcanzaron el nivel de best sellers. Los críticos literarios no escatimaron alabanzas. El Macondistán Daily News publicó: “La brillantez de la propuesta de Koch, oponiéndose al horror de la esclavitud emocional que conduce a un mundo donde todo lo animal, vegetal y carnal es de plástico con asbesto. Un sinuoso recorrido por la incapacidad para distinguir lo real de lo falso; unos textos donde la verdad y la mentira se confunden.” Por su parte, el Macondy Sun, sentenció: “Adentrarse a la tinta de la trilogía de Koch, constituye una huida al abismo del extravío, significa concretar la metáfora que envuelve la convivencia entre el homo sapiens; libérrimos en su forma de convivir con los procreadores y continuadores de la especie sin ataduras. Koch deifica la libertad por continuar sin ataduras y sin la presión de las tradiciones de lo que han dado en llamar –inicialmente- como matrimonio. El casorio es la tumba del poliamor (de la que se puede salir), significa renunciar a pensar y sentir. Koch se manifiesta contra la instauración de arietes para el desarrollo de la humanidad. Nunca funcionará, para fortuna, y el mundo conocido será habitado por engañadores y engañados, por simuladores y disimulados.”

Pero los cruzados del tradicionalismo no tiraron la toalla. Catarino Adelman (Macondislandia 29 mil años a.C aprox.) bicampeón regional de Monopoly, salió en defensa de la santa institución del matrimonio y lanzó fulminantes diatribas contra el texto kochiano Matrimonio y, aprovechando el viaje, realiza una férrea defensa de tan hermoso estado civil del cual expresa que, “El libelo escrito por Koch intenta dinamitar la vida nocturna en las cuevas bien avenidas, donde las caricias aún no se encuentran monetizadas. Intenta corromper la geografía del amor diáfano que solo se encuentra en el matrimonio devocional. La mente oscura de Koch no comprende que las leyes que instauran el matrimonio son dictados divinos para legalizar el consumo de sensaciones y regular la oferta y demanda idolátrica de los esposos. Koch debe inscribirse en cursos extra curriculares que aborden con profundidad, profesionalismo y principios morales temas como la “insurrección de las almohadas”, “sábanas convulsas”, “colchones heroicos” o “¿me prestas el control?” y abandonar ese sexismo que va contra todo mandato celestial (…) Alguien debe asesorar a Koch sobre la infinitud del matrimonio, como una caja fuerte donde se guarda la virtud, el respeto, un trozo de cielo, el presente y futuro, los olores mágicos de la cueva tradicional, la fantasía del amor o el sexo como limosna. Por ello, es una festividad la realización de bodas multitudinarias en las cuales

pueden contraer nupcias (verbo “contraer” que lo mismo se usa para “contraer lepra”, “contraer sarna”, “contraer peste bubónica”) gratuitamente por parte de la Defensa de una Indefendible Faramalla (DIF). Así que Koch, mejor muere de celos, pues en las bodas multitudinarias triunfa el amor sublime. Las bodas multitudinarias promovidas por el DIF son eventos donde se realiza la entrega de parcelas cárnicas o como dijo Gabino Barreno: “¡Soy valiente y moriré matrimoniándome patrocinado por el DIF!”. Koch se equivoca, el DIF demuestra que lo gratuito existe: la actitud combativa frente al divorcio a dos horas de casarse.” (Adelman, El matrimonio como asociación delictuosa. Terrorismo Ediciones, s/f).

Por su parte, Nicéforo Wouters en su ensayo El divorcio: huyendo del fuego, toma posición al sentenciar que, “El divorcio no puede existir sin que previamente exista el matrimonio y el DIF. Tema plural y de suyo polémico, que alcanza para redactar una enciclopedia personal sobre su influencia en la armonía del hogar. Existen dos corrientes doctrinarias que se anulan. Una sostiene que el divorcio es un acto cobarde digno de una pieza sinfónica. Sostienen que es la ruptura del clima de concordia entre dos seres mimetizados y complementarios que habitan un solo cuerpo y una sola alma. Dos seres que son uno mismo y pueden clonarse en tres, cuatro o más gracias al amor sublime. El divorcio es lo melodramático de la soledad, el tedio que extingue y por eso, no recomendable. Es de individualistas, de esteparios, significa la desgarradora decisión de asumir la atrofia emocional. El divorcio es comunista y ateo. En sentido opuesto, se instalan aquellos que consideran que el divorcio –siempre apegados a la línea establecida por Koch-, es huir de la máxima crueldad que haya inventado la especie humana contra sí misma, es recuperar la fe de que el amor es un invento donde se puede ocultar la soberbia y la traición con odio. El matrimonio es la perversión de la convivencia y el divorcio significa regresar a la fascinación que da habitar el pecado. Esta doctrina le plantea al DIF que en su poder de convocatoria y persuasión con las masas también organice divorcios multitudinarios gratuitos, sería un signo de equidad el poder romper los resortes “afectivos”, la suntuosa simulación y constituiría una obra civilizatoria centrada en quienes cometieron la imprudencia de haber “contraído” nupcias y darles otra oportunidad para que vuelvan a aprender a caminar y dejen de bailar.”

Respecto al tomo de Parálisis Mental de Koch, Fulgencio Kahn, especialista y CEO de empresas del amor, razonó que, “Muchos casados se enteran que padecen esta patología con sesenta años de retraso, mientras el divorcio multitudinario y gratuito del DIF a una leve distancia de dos millones de años luz. La vanguardia siempre llega con retraso. (Kahn, 29 mil años aC).

La última y nos vamos. Por creatividad no paramos. La caída de la demanda, la pérdida del poder adquisitivo de los macondistaníes será resuelto con rifas de gadgets, teléfonos móviles, audífonos y otras maravillas tecnológicas. Cuando se adquiera algún bien o servicio en comercios de la capital le otorgarán un boleto y basta esperar los resultados de la tómbola. Esto jamás se le hubiera ocurrido a

Keynes, a Chabelo y su ‘Catafixia’, Srrafa, Kalecki o a Julio Regalado. El nuevo deporte estatal con potencialidad de ser incluido en los JO es el detener autos con cristales polarizados por parte de los atletas de la Policía Vial. Estos atletas de alto rendimiento, con navaja en mano, proceden a retirar el plástico que oscurece solo los cristales delanteros, los traseros son intocados, entonces allí puede transportar lo que desee. Si circula por las calles céntricas, haga lo que le venga en gana: estaciónese hasta en triple fila, en sitios prohibidos, transite en sentido contrario, obstaculice banquetas, ignore espacios para minusválidos, lo que le venga en gana. Nadie lo molestará, pues los mastines viales están ocupadísimos retirando polarizados y subiendo a las grúas motocicletas chatarrizadas. Haga arrancones en las vías de comunicación; haga lo que quiera, está en la selva. Con la creatividad gubernamental falta poco para que infraccionen carreolas, muletas, sillas de rued

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