miércoles, 17 de abril de 2013

La farsa de la Reforma Educativa



http://www.lajornadajalisco.com.mx/2013/04/16/el-correo-ilustrado-262/

La farsa de la reforma educativa
Quisiéramos explicar el engaño de la reforma educativa con una analogía. Los obreros de una fábrica de muebles de madera deben hacer sillas, mesas, etcétera, con la calidad del cedro; aunque reciben pino, la maquinaria es anticuada, obsoleta, o incluso inexistente, el sueldo es bajo y por ello trabajan doble jornal. Ante las quejas por la mala calidad del producto, se les ha puesto un ultimátum, serán evaluados y todo aquel que no fabrique muebles con calidad de cedro, será despedido. Los obreros aceptan si antes reciben lo indispensable: madera de cedro, más y moderna maquinaria, espacios acondicionados adecuadamente, mejoras salariales para laborar 8 horas y no 16, capacitación adecuada y no los pésimos cursos que reciben del sindicato, con la complacencia del patrón, porque son un negocio para ellos. Pero el patrón no está dispuesto a gastar ni un peso más, por el contrario, quiere ahorrar dinero, así que su estrategia es engañar al cliente para que crea que la calidad mejorará con sólo despedir a los malos obreros y contratando otros más competentes.
Cualquier ser pensante sabe que será imposible, pues no todo depende del obrero, pero los medios hacen milagros y por ello han iniciado una fuerte campaña señalando como culpables de la pésima calidad a los obreros y garantizando que ésta mejorará si se evalúa y despide a los obreros incompetentes. Lo que no dicen es que los obreros incompetentes, que los hay, son los amigos del gerente y de los dirigentes sindicales, los cuales no serán despedidos; y que la calidad es lo de menos. La verdad es que el patrón quiere traspasar la fábrica, pero los compradores quieren obreros aún más baratos, sin ninguna prestación y han puesto como condición despedir a los obreros para poder recontratar otros o a los mismos, pero con menos salario. Así lo han hecho en otros países y el negocio ha sido redondo: no invierten más, no mejoran nada y, por el contrario, la calidad del producto obviamente sigue disminuyendo, pero el engaño de la mejora les permite incrementar el precio de la mercancía, y para cuando el cliente lo descubre, ya se habrán embolsado mucho dinero y entonces se verá qué nuevo engaño montar.
Colectivo Magisterial Democrático. Silvia Arévalo y Noemí Rojas

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