La
pobreza extrema en México
5 Marzo, 2010 - 01:26
Credito:
Rubén
Aguilar Valenzuela
De
acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo
Social (Coneval), creado en el 2004 para medir la pobreza, en el 2000 había
24.1 millones de personas en condición de pobreza alimentaria; en el 2002, 20.0
millones; en el 2004, 17.4 millones; en el 2006, 13.8 millones, pero en el 2008
eran 18.2 millones.
Del
2006 al 2008, por primera vez en los últimos 10 años, el número de las personas
en pobreza alimentaria, el equivalente a la pobreza extrema del Banco Mundial
(BM), creció y pasó de 13.8 a 18.2% de la población del país. Aumentó pues, en
32 % según el Coneval. Lo ganado en ese tiempo, de manera particular entre el
2004 y el 2006, se vino a tierra.
El
Banco Mundial asegura que en América Latina se produjeron 8.3 millones de
nuevos pobres producto de la crisis mundial del 2009; de éstos, la mitad
corresponde a México. Así, el número de mexicanos en condiciones de pobreza
alimentaria podría ser, de acuerdo con esa información, de 22.3 millones.
El
sexenio zedillista y el foxista
A
partir de 1996, durante el gobierno del presidente Zedillo, empiezan a bajar
los niveles de los distintos tipos de pobreza. En ese año había 37.4 millones
de personas en condición de pobreza alimentaria, 46.9 en pobreza de capacidades
y 69 millones en pobreza de patrimonio.
El
gobierno del presidente Fox continuó reduciendo los niveles de pobreza que
llegaron a su punto más bajo cuando se contabilizaron 13.8 millones de personas
en condición de pobreza alimentaria, 20.7 en pobreza de capacidades y 42.6
millones en pobreza de patrimonio.
Al
final del gobierno del presidente Zedillo, 53.7% de mexicanos se encontraba en
alguno de los distintos niveles de pobreza y al término del gobierno del
presidente Fox llegaba a 47%, que es el porcentaje más bajo en la historia del
país. El número total de mexicanos en esta condición sumaba 48.9 millones,
según el Coneval.
El
aumento actual en los índices de pobreza interrumpe un periodo de 10 años
(1997-2006), en los que se había registrado una disminución real y sostenida
del número de pobres. Los niveles de pobreza, como parte de ese esfuerzo de
carácter nacional, se habían reducido de 70% a poco más de 40 por ciento. Una
disminución de 30% en sólo 10 años.
Para
Rodolfo de la Torre, director de la oficina que realiza el Informe de
Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas (ONU), en México los niveles
de pobreza se empezaron a incrementar a finales del 2007 con el alza
generalizada de los granos básicos a nivel mundial que elevó el precio de los
alimentos.
Números
2010, más graves
Los
datos que ahora se conocen sobre la pobreza no contemplan los efectos de la
crisis del 2009. Todo indica que los números van a ser todavía más graves
cuando se haga la medición del 2010, la cual realizará el Coneval con una nueva
metodología que va a registrar ya no sólo el ingreso, sino también los niveles
de carencias.
Las
que se van a medir a partir del nuevo modelo son:
a)
Rezago educativo, b) Acceso a la seguridad social, c) Calidad y servicios
básicos en la vivienda, d) Acceso a la alimentación y, e) Acceso a la
alimentación. Es, entonces, cuando se va a conocer con precisión el efecto de
la crisis mundial del año pasado que afectó de manera severa a México cuando
tuvo un crecimiento negativo de 6.5 % del PIB.
Quien
dirigió el Programa Oportunidades en el sexenio pasado, Rogelio Gómez
Hermosillo, considera que en el nuevo sistema de medición es mejor y más exacto
porque asume un enfoque de derechos sociales que no estaba contemplado en el
modelo anterior.
Él
mismo plantea que los nuevos datos abren oportunidad para revisar y mejorar los
programas y las políticas sociales. Ésta debe también incluir los programas
económicos, especialmente las acciones encaminadas a la generación de empleo,
la competitividad de las zonas marginadas y el acceso a servicios básicos
(educación, salud…), con calidad y no sólo los programas de “combate a la
pobreza”.
Las
posibles soluciones
El
Coneval, junto con otros muchos especialistas, reconoce que la estrategia más
sólida para superar en forma definitiva la pobreza, pasa necesariamente por:
hacer crecer la economía, crear empleos bien remunerados, impulsar una política
social que garantice una buena educación, salud y vivienda. De esa dimensión es
el reto para la sociedad mexicana y los distintos niveles del gobierno.
raguilar@eleconomista.com.mx
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