domingo, 15 de mayo de 2016
Día del maestro
DÍA DEL MAESTRO
Nunca, como en la persona física del que trata de enseñar, resulta más exacta la frase genial de Lenin de que “una teoría que no es seguida por la práctica, carece de exactitud”, y de que ninguna especulación es válida si no se aviene con la experiencia.
Jamás ha sido más exacto este pensamiento que al aplicarse al que tiene como tarea conducir a otra gente. Por eso, el maestro debe ser el militante, el revolucionario, el que ajusta sus actos a su pensamiento, porque éstos no son sino una consecuencia de sus ideas.
El sentido que debe darse a la palabra maestro, en su doble significado, es el de conductor de jóvenes y conductor de pueblos. Un maestro que mantenga sus enseñanzas encerradas dentro del dintel de la teoría, no es maestro de verdad. El maestro, para serlo, debe ser teórico de la lucha.
Y si esta acepción es un concepto cabal en términos generales, en nuestra época y en nuestro país, es todavía más justa.
¿Quién que en México pueda hacer algo a favor de la juventud o del pueblo puede dejar de ser un militante, un maestro, un hombre conmovido por los problemas que agitan a la Tierra y resuelto a enfrentarse a ellos?
Sólo los que de un modo voluntario se colocan al margen de la vida, los que hacen imposible que la vida florezca, son los que pueden sentirse alejados de este papel de responsabilidad y de otras tareas que se unen al pensamiento creador. Porque si el maestro ha de ser un militante, debe ser, en consecuencia, un creador.
El que vive al servicio del pasado caduco, destruye. El que vive al servicio del porvenir, construye.
El maestro ha de ser militante, porque en la labor de todo maestro hay siempre una tarea de transformar, de hacer mejor una existencia.
Debemos enorgullecernos de que en medio de este mundo lleno de sombras, trémulo de amenazas, se levanten luces que alumbran el camino del porvenir; y estas luces son tanto más poderosas cuanto que los maestros militantes están unidos íntimamente a la clase proletaria.
En México pocos maestros ha dado la clase proletaria. Seguramente proporcionará más; pero los maestros que lo son de verdad, los que en este día celebran el Día del Maestro, se sienten fuertes y animosos porque hay aún grandes tareas que realizar.
Es cierto que han pasado muchos años de pelea, pero durante esos años, más bien podemos decir que hemos vivido acumulando energías para la gran pelea. Lo importante es pensar que la tarea no está aún realizada; apenas si empezamos a realizarla.
Yo no soy sino el circunstancial director de la clase obrera de México, y por eso me considero obligado a rendir homenaje a los militantes, a los maestros, que han hecho de su vida y de su misión un apostolado; particularmente a los maestros que están en contacto con los campesinos y con los más humildes obreros del país, que exponen su vida por llevar al proletariado, al par que el alfabeto, la idea revolucionaria.
Al celebrar este día, desentendiéndome yo del papel que de modo circunstancial represento, en nombre de la Universidad Obrera, quiero rendir este homenaje a los maestros que están labrando el camino para que la humanidad viva una época mejor.
Palabras pronunciadas por el maestro Vicente Lombardo Toledano el 15 de mayo de 1939 en la Universidad Obrera de México.
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